Redacción / Washington, EE.UU.
La nave de la prueba de redireccionamiento del asteroide doble (DART), el primer test en el mundo que pone a prueba una tecnología para defender a la Tierra de posibles peligros de asteroides o cometas, impactará con su objetivo el próximo 26 de septiembre.
Según informó la NASA, el impacto con el asteroide Dimorphos se producirá a las 19.14 hora local y no supone ninguna amenaza para la Tierra.
Esta prueba demostrará que una nave espacial puede navegar de forma autónoma hacia un asteroide y colisionar con él de forma intencionada para cambiar el desplazamiento de dicho asteroide.
“Estos objetos se precipitan por el espacio y, por supuesto, han marcado la Luna y, con el tiempo, también en la Tierra han tenido impactos importantes, han afectado a nuestra historia”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA para la ciencia, durante una conferencia de prensa celebrada el pasado lunes.
Gracias a la medición con telescopios basados en tierra, DART proporcionará datos importantes para ayudar a prepararse mejor, por si alguna vez se descubre algún asteroide que pueda suponer un peligro de impacto.
“No se trata de un hecho aislado”, dijo durante la conferencia de prensa Nancy Chabot, responsable de la coordinación de DART en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, que dirige la misión. “Queremos saber qué le pasó a Dimorphos, pero lo más importante es que queremos entender lo que significa para aplicar potencialmente esta técnica en el futuro”.
La nave de DART, construida y gestionada por el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins (APL) para la NASA, ha viajado millones de kilómetros de forma autónoma antes de impactar deliberadamente contra Dimorphos, un pequeño asteroide que gira en torno a uno más grande llamado Didymos, con el objetivo de alterar ligeramente su órbita.

¿Qué significa?
Hay muchos factores que entran en juego a la hora de desviar un asteroide, por ejemplo, el ángulo de impacto, el aspecto de la superficie del asteroide, su composición y su masa exacta, todos ellos desconocidos por los expertos por el momento.
Sin embargo, los expertos tienen esperanza: “Si un día se descubre un asteroide en curso de colisión con la Tierra (…) tendremos una idea de la fuerza que necesitaremos para que ese asteroide no toque la Tierra”, explicó Andy Cheng, de la Universidad Johns Hopkins.
También viajará un pequeño satélite. Se desacoplará de la nave principal diez días antes del impacto y utilizará su sistema de propulsión para desviar ligeramente su propia trayectoria. Tres minutos después de la colisión, sobrevolará Dimorphos, para observar el efecto del impacto, y posiblemente el cráter en la superficie.
Este experimento podría ser clave para identificar cómo reaccionar ante las amenazas potenciales: “La estrategia es encontrar estos objetos no sólo años, sino décadas antes de cualquier peligro de colisión con la Tierra”, dijo el experto.
Actualmente se conocen unos 27.000 asteroides cercanos a la Tierra. Bennu, que mide 500 metros de diámetro, es uno de los dos asteroides identificados en nuestro Sistema Solar que suponen un mayor riesgo para la Tierra, según la NASA. Pero de aquí al año 2300, la probabilidad de colisión es apenas del 0,057%.
(Con información de AFP, EFE, NASA)