Redacción / Guaymas, Sonora
En un intento por reivindicar al pueblo yaqui, que por siglos ha sufrido abusos y más recientemente una ola de asesinatos, el presidente Andrés Manuel López Obrador suscribió el sábado un decreto para restituirle casi 30.000 hectáreas.
“Hacer justicia en los pueblos yaquis es un homenaje a todos los que perdieron la vida, los que lucharon en la Revolución por la justicia, por la libertad, por la democracia, por la soberanía nacional.”
Así lo dijo López Obrador luego de firmar el Decreto por el que se entregan, en restitución y resarcimiento a favor del pueblo yaqui, los polígonos ubicados en los municipios de Guaymas y Cajeme, estado de Sonora, con superficie total de 29 mil 241 hectáreas https://bit.ly/3fjNCf4
El primer mandatario subrayó que nunca debe olvidarse el despojo, el sufrimiento y las masacres padecidas por los pueblos originarios durante la dictadura de Porfirio Díaz, especialmente los yaquis, víctimas de una guerra de exterminio.
Añadió que, a pesar de la voluntad de justicia de Francisco I. Madero, fue Lázaro Cárdenas del Río quien llevó a la práctica el ideal revolucionario de iniciar la restitución de tierras, momento en que los pueblos yaquis reciben las primeras 491 mil 649 hectáreas mediante una resolución no ejecutada en su totalidad.
“Por eso hicimos el compromiso de restituir la tierra a partir de la resolución presidencial del general Lázaro Cárdenas. Y por eso se está hablando de que este es un acto histórico, porque se están restituyendo a los pueblos yaquis alrededor de 30 mil hectáreas.
“Tomamos en cuenta que hay la posibilidad de ampliar esta restitución, pero ya hemos cumplido, vamos a decir, en una primera etapa.”
Dijo que la firma del decreto de restitución de tierras se inspira en la Revolución mexicana, por lo que resolvió adelantar el acto público a la conmemoración 20 de Noviembre.
En septiembre del año pasado, el gobierno de López Obrador ofreció una disculpa pública a los yaquis —el grupo indígena más perseguido de México–, que fueron objeto de una campaña del gobierno para exterminarlos o expulsarlos a finales del siglo XIX.
En esa oportunidad, el gobierno se comprometió a devolverles tierras, hacer que se cumplan los acuerdos para que se reserve la mitad del agua del río Yaqui para uso indígena y a construir un acueducto para llevar agua potable a las comunidades yaquis del norte de Sonora.
Las medidas formaban parte del llamado Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui dirigidas a revertir diversos agravios, como el hecho de que la mayor parte del agua del río que lleva el nombre de los yaquis es desviada para abastecer las zonas urbanas de Sonora.
(Con información de AP)