El que nace marrano muere cochino.
‘El Rudo’ Rivera.
Ricardo Yépez
‘Raun tri’. ¡Qué risa y desesperación con estas ratas circenses que se creen los vengadores o personajes del último King of Figthers!, pero es lo que hay para hablar esta semana.
Aclaro que de mi parte ambos me pueden saludar a todo su árbol genealógico, no sólo la infortunada que les dio a luz.
Del lado de los técnicos tenemos a un escamoso engendro de los pantanos tabasqueños que cree que por perseguir a sus opositores es el agente anticorrupción jamás nunca visto. Del otro lado de las cuerdas a un energúmeno que jamás debió haber salido del útero, ¡hasta cara de feto de rata de cuello blanco sigue teniendo!
Ambos se han enfrascado en una pelea sin cuartel, sin límite de tiempo con tal de conseguir la silla de oro. A uno le interesa no pagar por sus tranzas, para lo cual ha decidido salirse del ring y vociferar desde afuera, como la rata que es. Al otro le interesa que pase desapercibido su intento de mantener la silla.
El actual campeón se le olvida que su liga de superamigos tienen más parecido con el feto no abortado de máscara blanquiazul que con un grupo de justicieros; y como él mismo dijo: ningún jafo de billetes pasa por un subordinado del gobierno sin que su jefe reciba una tajada (o algo así; no soy historiador para andar grabando palabras tan vacuas; además seguro que tienen otros datos, siempre los tienen aunque se les entregue al burro por los pelos).
Su contrincante confió, tontamente, en que los técnicos siguen el reglamento tácito de la lucha libre; por lo cual no considero que le fuera aplicada una llave totalmente legítima: la de perseguir a sus adversarios una vez trepado en la tercera cuerda. Lo hizo el Salinas Mouse con La Quina, y al actual campeón de la silla lo entambó fugazmente su contrincante en ese momento, el Ratón Vaquero.
Alerta de “Spoiler”
¿Cuál será el final? El CJNG, digo la SCJN, dictará que el perdedor debe pagar alrededor de una decima parte o menos de lo que tranzó como castigo y lo dejará regresar al cuadrilatero para seguir con esos enfrentamientos tan cutres por los cuales nos hacen pagar un boleto caro al subdesarrollo.
Puedes escribir a este correo tus argumentos: ricardoyepezvidal132@gmail.com.
Ricardo Yépez, diletante de las letras, disidente de la academia, apasionado defensor del habla y editor relajado. Participante ocasional de laboratorios literarios y brinda talleres de escritura literaria e íntima en escuelas de nivel medio superior.