La tía Politik
Querides, no sé si a ustedes les pasa, pero últimamente la política en Guanajuato me recuerda a esas comidas familiares donde una tía se levanta molesta de la mesa porque “nadie la entiende” y, de pronto, el primo que siempre se llevaba mal con ella termina defendiéndola. Uno se queda pensando: ¿era pleito real o estaban montando la novela?
Pues así anda el equipo de la gobernadora Libia. Resulta que Antonio Navarro salió de la Secretaría del Nuevo Comienzo porque estaba muy cerca del dieguismo (sí, ese club político que ya no gobierna, pero todavía tiene membresías activas). Pero aquí no hay desempleo político: lo rescató el secretario de Gobierno, Jiménez Lona. Y como combo, también salió Sergio Santibáñez. La verdadera razón, dicen, fue la falta de entendimiento y confianza de Rosario Corona, quien dirige el Nuevo Comienzo y ve todo con lentes electorales.
El problema es que ahorita no se necesita un martillo electoral, sino pinzas finas para la operación social. Pero Rosario ya se imagina con como la candidata en 2030 y, en ese afán, no está alineando ni a su propio equipo. Y ojo, porque en política, no controlar las visiones internas es como dejar varias velas encendidas en una casa de madera: tarde o temprano algo se prende.
Para colmo, tenemos el capítulo de la “casa azul”. No, no fue un misil externo. Fue fuego amigo. Alguien, con manual de intriga palaciega en mano, aplicó la vieja máxima: “Muera el rey, viva la reina”. Esto ya no es política, es un remake de Juego de Tronos, pero con más café y menos dragones.
Y como no todo en la vida es grilla, les cuento que el calor ya está pegando durísimo y la tentación de ponerse a regar el jardín a media tarde es fuerte… aunque sepa una que se está desperdiciando agua. Tal vez la política debería aprender un poco de eso: no es cuestión de echarle más y más, sino de regar en el momento correcto y en la medida justa.
Ojalá, querides, que en Guanajuato dejemos de pensar en el “quítate tú para ponerme yo” y empecemos a trabajar en serio para que no se nos incendie la casa… azul.