Por: Don Politik

El huachicol dejó hace tiempo de ser un problema doméstico. Hoy es un delito con pasaporte internacional: el combustible robado en México se mueve hacia Texas, se refina, cruza fronteras y termina en estaciones de servicio tan lejanas como Japón, India o África. Lo que comenzó como perforaciones clandestinas en ductos se transformó en una red global de contrabando, facturación falsa y lavado financiero.
Los impactos son evidentes: pérdidas millonarias para los estados y la federación, distorsiones en el mercado energético, combustible de baja calidad circulando en varios países y, sobre todo, la consolidación de redes criminales con alcance transnacional.
En este tablero mundial, Guanajuato ocupa un lugar clave. Por sus ductos troncales y su posición estratégica en el Bajío, el estado se convirtió en corredor natural de este delito. Sin embargo, lo que antes era un escenario de absoluta vulnerabilidad hoy muestra avances que no deben ignorarse.
En menos de un año, se han asegurado casi 2 millones de litros de hidrocarburo robado, con un valor estimado en 44.8 millones de pesos, gracias a operativos conjuntos de las fuerzas federales, estatales y municipales. Además, la detención de 11 elementos de la Guardia Nacional presuntamente involucrados en la extracción ilegal de combustible envió un mensaje fuerte: la complicidad institucional no será tolerada, y quienes traicionen su deber enfrentarán la justicia.
El gobierno de Guanajuato también ha reforzado la coordinación interinstitucional:
- Ha intensificado los patrullajes en zonas críticas como Apaseo el Alto, Celaya e Irapuato.
- Implementó mecanismos de inteligencia financiera en conjunto con la Unidad de Inteligencia Financiera para rastrear el dinero detrás de las tomas clandestinas.
- Y trabaja en la vigilancia a gasolineras para cerrar las puertas a la venta de combustible ilícito en la propia entidad.
La narrativa importa: mientras el huachicol es un negocio global que expone grietas del Estado mexicano, Guanajuato empieza a mostrar que con coordinación entre niveles de gobierno se puede contener y golpear las redes locales. El desafío no está resuelto, pero cada operativo exitoso y cada red desmantelada fortalece la confianza ciudadana y manda un mensaje de que la ley sí puede imponerse sobre el crimen.
En un mundo donde el huachicol viaja más que muchos pasaportes, Guanajuato busca dejar de ser un punto débil y convertirse en ejemplo de cómo las acciones conjuntas pueden cerrar el paso a uno de los delitos más lucrativos del planeta..