Redacción / Río de Janeiro, Bra.
A un año de realizarse la elección presidencial de Brasil, decenas de miles de manifestantes marcharon el sábado en las calles de Río de Janeiro, Sao Paulo y docenas de otros lugares alrededor del país para protestar contra el presidente Jair Bolsonaro e hicieron un llamado a su juicio político por la manera en que manejó la pandemia del coronavirus.
En una convocatoria de partidos y movimientos de izquierda (apoyados por primera vez por agrupaciones de centro), las manifestaciones contaron con la presencia de un amplio espectro de partidos de izquierda (PT, PSOL, PCdoB, PSB, Rede y PDT, entre otros) que también rechazaron el aumento de la inflación y el desempleo. Las protestas en Río de Janeiro, Salvador, Sao Paulo y Brasilia, además de un centenar de ciudades tanto dentro como fuera del país, fueron convocadas por la “Campaña Nacional Fuera Bolsonaro” respaldada por una decena de partidos de izquierda, centrales sindicales y el grupo Direitos Já!, que reúne a líderes de 19 bancadas.
“Fuera, Bolsonaro”, gritaron algunos de ellos en Campo Grande. “Vacuna en el brazo, comida en el plato y fuera Bolsonaro”, decía una pancarta en la localidad de Governador Valadares. “¡Sin balas! ¡Sin hambre! ¡Nuestra lucha es por trabajos, ingresos y comida en el plato!”, fue el lema de la movilización en Río Branco.
Las manifestaciones lograron una mayor adhesión de partidos que en movilizaciones pasadas. Algunos dirigentes de derecha se unieron contra los reclamos por la crisis económica, aunque no necesariamente respaldan el pedido de impeachment. Pese a que las banderas rojas fueron mayoritarias en las marchas, a las mismas se unieron por primera vez, aunque tímidamente, las de formaciones de centro, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso, y del Partido Democrático Laborista (PDT), del exministro Ciro Gomes, que fue el tercer candidato más votado en las presidenciales de 2018.
Aunque los organizadores se esforzaron para intentar darle un carácter suprapartidario a las manifestaciones, la gran mayoría no escondió su preferencia por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, principal rival político de Bolsonaro y que lidera con amplia ventaja todas las encuestas de intención de voto para las presidenciales del 2 de octubre de 2022. El líder socialista alcanza el 44 por ciento de los respaldos, frente al 26 por ciento de Bolsonaro.
“Exigir el juicio político destituyente y la prisión del criminal que nos gobierna es imperativo para que podamos volver a discutir lo que importa: empleo, desarrollo y reducción de las desigualdades”, afirmó Ciro Gomes, nuevamente pensando en disputar la Presidencia y que participó en la manifestación de Río, al aclarar que la prioridad del país es desalojar a Bolsonaro del poder para después pensar en elecciones.
Aparte del malestar común con el gobierno, también hubo coincidencias en el rechazo al elevado desempleo, la inflación, la retórica antiambiental del Ejecutivo, el aumento del hambre y el negacionismo frente a la pandemia del coronavirus.
Cerca de 130 peticiones de juicio político han sido presentadas desde el inicio del gobierno de Bolsonaro, pero el presidente de la cámara baja, Arthur Lira, y su predecesor se han negado a abrir un proceso. Los analistas consideran que la división entre la oposición es la razón principal por la es poco probable que ejerzan la presión suficiente para que Lira inicie un proceso de juicio político.
(Con información de AFP, AP, EFE, Reuters, Sputnik)