Redacción / Brasilia, Brasil
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue investido este domingo, y en su primer discurso expresó optimismo sobre sus planes de reconstrucción y prometió que los miembros del gobierno saliente de Jair Bolsonaro rendirán cuentas.
“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”, declaró el nuevo gobernante, quien hace cuatro estaba en prisión condenado por supuesta corrupción en unos juicios luego anulados por la Corte Suprema.
Lula es el primer político brasileño que llega tres veces al poder. Hace hoy exactos veinte años, juró como presidente por primera vez y cuatro años después lo volvió a hacer, tras su reelección en 2009.
La ausencia de Bolsonaro
Sustituye en el cargo al ultraderechista Jair Bolsonaro, quien el pasado viernes viajó hacia Estados Unidos sin haber reconocido aún su derrota en las elecciones de octubre pasado. Por primera vez desde 1985, un mandatario saliente no pasará la banda presidencial.
El nuevo presidente brasileño llegó al Parlamento tras desfilar en un vehículo Rolls Royce descapotable frente a una multitud de decenas de miles de personas que desde la primera hora de este 1 de enero se han congregado para asistir a los actos de toma de posesión.
Minuto de silencio y muchos invitados
En el comienzo de la sesión en el Parlamento se guardó un minuto de silencio en honor del exfutbolista Edson Arantes do Nascimento, Pelé, y del papa emérito Benedicto XVI, fallecidos en los últimos días.
En el Parlamento estuvieron delegaciones de medio centenar de países y todo el cuerpo diplomático acreditado en el país.
Entre los asistentes, figuran el rey de España, Felipe IV, y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Colombia, Gustavo Petro; Chile, Gabriel Boric; Paraguay, Mario Abdo Benítez, Uruguay, Luis Lacalle Pou; Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; y Alemania, Frank-Walter Steinmeier.

Sus promesas
Lula da Silva prometió acabar con el hambre y con la deforestación en la Amazonía en su primer discurso como presidente del país, en la ceremonia solemne celebrada en el Congreso Nacional.
Lula recordó que cuando inició su primer gobierno, en 2003, se comprometió a que todos los brasileños pudieran “comer al menos tres veces al día”, y que ahora tendrá que repetir esa promesa, para acabar con el hambre que afecta a 33 millones de brasileños.
El líder del Partido de los Trabajadores reivindicó que los pobres y la clase trabajadora estén dentro del presupuesto y prometió que el proyecto económico del país irá de la mano con la preservación del medio ambiente.
En este sentido, Lula prometió “deforestación cero” en la Amazonía y resaltó que no es necesario talar ni un árbol más para mantener el pujante sector agrícola del país.
También prometió una “reindustrialización” del país para dejar de depender de terceros países, sobre todo en el sector de combustibles y soberanía energética.
Da Silva llamó a construir un Brasil “para todos” y criticó el uso de la máquina pública en las elecciones, en alusión al candidato derrotado Jair Bolsonaro.
“Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña y al frente democrático que hemos formado. La democracia fue la gran vencedora, superando la mayor movilización de recursos públicos y privados jamás vista; las amenazas más violentas a la libertad de voto”, resaltó.
Lula no citó directamente al presidente Jair Bolsonaro, pero se refirió a su gobierno como un momento de “devastación y destrucción nacional”. También se refirió indirectamente al expresidente al hablar de la pandemia del Covid-19, resaltando que los casi 700.000 muertos de Brasil están por encima de la media por habitantes de otros países.
Lula atribuyó ese desastre al pasado Gobierno “oscurantista”. “Las responsabilidades por ese genocidio no deben quedar impunes”, aseveró.
El nuevo presidente resaltó que no quiere revanchismo pero que quienes cometieron errores tendrán que asumir sus actos ante la ley.
Lula también habló de volver a colocar a Brasil en el mapa, y subrayó especialmente la necesidad de trabajar en favor de la integración latinoamericana “a partir del Mercosur, de la revitalización de la Unasur”.
“Tenemos que romper el aislamiento al que el país fue sometido en los últimos tiempos”, dijo el presidente, y citó, entre otras urgencias, la necesidad de revitalizar el grupo BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica).
“Podremos reconstruir el diálogo altivo y activo con EE.UU., la Comunidad Europea, China, los países de Oriente y otros actores globales, fortaleciendo los BRICS y la cooperación con los países de África y rompiendo el aislamiento al que el país fue relegado”, dijo Lula ante los congresistas.
Lula añadió que Brasil tiene que ser “dueño de sí mismo, dueño de su destino” y que tiene que volver a ser un país soberano.
“Con soberanía y responsabilidad seremos respetados para compartir esa grandeza con la humanidad, solidariamente, jamás con subordinación”, destacó.
Agradeció a los socios políticos que le apoyaron en la pasada campaña electoral, y asumió que su triunfo se debió a esa alianza, que fue más allá del PT y del espectro de la izquierda.
(Con información de AFP, AP, EFE)