Por TATI
Y otras más
PANCHO ARROYO
A lo largo de su vida
Pancho nunca trabajó:
fue canchanchán, senador,
diputado de por vida.
Y una tarde, en gran comida,
la Flaca vino por él.
“Mejor te firmo un papel”,
le dijo Pancho, asustado.
Mas la Muerte con su arado
lo arrastró y se fue con él.
Cuentan que cuando nació
ya traía puesto el traje,
que desde niño lo maje
a leguas se le notó.
Y sin embargo el señor
trepó y llegó hasta los cielos,
hizo transas de altos vuelos,
abrió cuentas en Andorra,
hasta que la parca, zorra,
lo echó al hoyo por los pelos.
EL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD
Con su camiseta UGE
y sus tenis de gran marca,
salió Agripino a correr
y que se encuentra a la Parca.
“¿A dónde crees que tú vas,
abogado correlón?
Te las das de muy doctor
y a nadie logras curar.
La casa hecha un cochinero,
los estudiantes cansados,
y tú paseando en los prados,
gane y gane harto dinero…
En castigo por tu inepcia
para cumplir tus deberes
en tu velorio mañana
habrá un coro de mujeres”.
ALEJANDRO NAVARRO
1
Cuando era alcalde Navarro,
a la Parca se encontró.
“Un juguetito”, gritó,
y que la sube a su carro.
Ya de vuelta en su cotarro,
se le ocurrió al malnacido:
“¡Huesos para ser vendidos!”
Y que la pone a la venta.
La Parca, entonces, violenta,
clarito le replicó:
“Tú que andas creando un museo,
tendrás un castigo feo”.
Y al hoyo se lo llevó.
2
Andaba el sheriff Navarro
atrabancado como es,
con la cabeza al revés,
y enfermo de un gran catarro.
Sin bajarse del caballo
(o era burro, no lo sé):
“¿Ontán mis momias?”, gritó.
“Quiero hacerme rico ¡hoy!
Yo aquí soy el mero gallo”.
Lo que no sabía el pelele
es que un cuerpo no se vende
(por muy árido que sea).
Que la dignidad se ofende:
la codicia es cosa fea.
Fue la forma de enterarse
cuando le salió la Parca:
lo hizo del susto orinarse,
y se lo trepó a su barca.
(VOT)