Redacción / Guanajuato, Gto.
La explanada de la Alhóndiga de Granaditas deslumbró durante la última noche del Festival Internacional Cervantino (FIC) en su edición 49, con un espectáculo de Tania Libertad en compañía de Joaquina Mertz y Juan Pablo Manzanero, quienes le rindieron un homenaje al maestro del bolero mexicano, hasta culminar bajo una lluvia de fuegos artificiales.
El cierre de actividades del FIC 49 se vio sonorizado desde las 12 horas por Música Ficta. La compañía colombiana llegó al Teatro Juárez para recorrer la historia de Latinoamérica a través de la sonoridad. A manera de introducción, Carlos Serrano explicó el origen del repertorio a presentar, piezas musicales poco estudiadas e interpretadas, ubicadas en el archivo de la catedral de Colombia.
Estas piezas se ubican a finales del siglo XVII e inicios del XVIII, con una instrumentación basada en réplicas instrumentales de la época; entre estas destacan el arpa, las flautas dulces y el sonido ligero del clavecín. La agrupación interpretó temas de José Cascante, Juan Ximénez, Juan de Navas y Santiago de Murcia. Algunas de ellas fueron villancicos y tonos que detonaron ritmos latinos que evolucionaron hasta la música contemporánea de Latinoamérica.
En cuanto a las plataformas digitales, estas cerraron con el concierto de la Compañía Nacional de Ópera con la interpretación de Ascanio in Alba de Wolfgang Amadeus Mozart.
Este concierto contó con la participación de la orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, así como de la Ópera de Bellas Artes, que interpretaron de forma teatral la historia de amor Silvia y Ascanio de la mano de Venus.
La puesta mostró un estilo teatral contemporáneo, el cual ayudó a cambiar el escenario y contextualizar visualmente la historia cantada.
Para dar cierre a la edición 49, Tania Libertad ofreció el concierto titulado “Contigo Aprendí”, un homenaje al compositor Armando Manzanero, en el que se mostró la aportación musical de Manzanero a la música latinoamericana.
“Tengo mucho conocimiento de la obra de Armando y por eso se me hizo difícil hacer una selección muy pequeña de un compositor que tiene entre 800 y mil canciones. Escogí las canciones más representativas de su obra, no hice todo en bolero, hice un poco de blues, soul, música negra peruana, incluso de danzón; mezclé ritmos para que se pudiera notar el carácter universal de Armando Manzanero, que se pueden cantar de muchas maneras”, mencionó Tania Libertad durante su presentación en vivo.
Para iniciar, las pantallas del escenario transmitieron una pequeña reseña de la obra y vida del maestro Manzanero, todo al ritmo de un bolero romántico, para dar paso a la llegada de Tania, quien inició la noche con “Te extraño”, “Dormir Contigo” y “Esperaré”.
Estos temas contaron con un ritmo clásico de bolero y hasta danzón, ofreciendo así una muestra de la versatilidad musical de Tania Libertad a lo largo de la velada. También interpretó los temas “Nada Personal”, “”Cuando Estoy Contigo”, y “Señor Amor”.
A la mitad de la noche, Tania invitó a Joaquina Mertz al escenario, con quien interpretó “Perdóname”. De esta forma le cedió el micrófono para interpretar en solitario “Me vuelves loca”, una versión femenina del clásico “Me vuelves loco”, “Salud cariño”, “Tal vez, quizás” y “No”. “Adoro” y “Todavía” fueron los temas consiguientes, mismos que dieron paso a “Yo sé que volverás”, un tema de Luis Pérez Sabido interpretado en varias ocasiones por Manzanero.
Otro de los invitados de la noche fue Juan Pablo Manzanero, acompañándola, “Amando sin amar”, de su autoría y “El Ciego”, composición favorita de su padre. En dueto con Tania, el dúo interpretó un collage creado por Manzanero, donde se comparten los temas “Somos novios”, “Contigo aprendí”, “Mía” y “No sé tú” en uno solo.
La última parte de la velada contó con la interpretación de “Como yo te amé”, “Por debajo de la mesa” y “Esta tarde vi llover”, canción que cantó en conjunto a sus dos invitados de honor y el público.
Como muestra de agradecimiento y en cuadro a las celebraciones de Día de Muertos, Tania cantó “La llorona”, con Joaquina Mertz, seguido de “Vámonos”, en honor a José Alfredo Jiménez, el hijo de Dolores Hidalgo y uno de los más grandes compositores de nuestro país.
La noche concluyó con “Gracias a la vida”, “Concierto para una voz” y “Alfonsina y el mar”, la cual cantó a capella, culminando con su voz sin apoyo del micrófono para ser ovacionada con todo el público de pie.
Un cierre espectacular, hay que reconocerlo, después de la pandemia, que aún no acaba, sin embargo, eso no le importó a los miles, (no tantos como quisieran los empresarios y los oportunistas) para sobrevivir en esta edición 49 del Festival Internacional Cervantino.
Pero cabe decir que la ciudad cervantina de América vuelve a vivir, poco a poco. Ya vendrá la edición 50, con la historia que nos traiga la Ciudad de México y la cultura allende el mar: la República de Corea.