Redacción / San Francisco del Rincón, Gto.
El Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA) trabaja de manera coordinada con la empresa Kromberg & Schubert, con lo que se ha logrado beneficiar a 547 empleados, de los cuales 498 concluyeron la secundaria y 49 la primaria.
Dicha empresa está afiliada al Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz y de Autopartes (STIAA) con el que INAEBA firmó convenio y detonó en una feria de servicios en la que participó el Instituto.
El objetivo fue dar a conocer en el centro laboral los servicios educativos a las y los trabajadores que requieran aprender a leer y escribir, o bien concluir la primaria y secundaria.
Durante la feria, un total de 20 personas se inscribieron y 6 más recibieron su certificado oficial de los distintos niveles de educación básica. La atención se mantendrá de manera permanente para los trabajadores.
Salvador Partida López, coordinador de bancos de prueba eléctrica de Kromberg & Schubert, compartió su experiencia al certificar la secundaria con INAEBA.
“Hay oportunidades como INAEBA aquí en la empresa; la verdad me ayudó mucho porque por un lado tuve un ascenso a ser supervisor y, por otro lado, al ver mis hijos que yo terminé mi secundaria pues les dio mucho gusto”.
Dijo que este tipo de ferias dentro del espacio laboral, incentiva a los trabajadores para retomar sus estudios.
“En esta empresa tenemos mucha gente que va entrando, mucha gente a lo mejor de bajo estudio que le gustaría recibir los servicios del INAEBA con la intención de seguir aprendiendo y no quedarse estancada (…) en que nada más hice la primaria y ahí me quede, ¡no! al contrario hay que buscar la secundaria”.
Salvador espera que más de sus compañeros de trabajo puedan experimentar la felicidad que él vivió al recibir su certificado de secundaria.
“Lo más bonito fue que el día en que me entregaron mi certificado, mi familia que vive en Irapuato estuvo presente, pero fue sorpresa, yo no sabía que iban a venir”.
Dijo que ese día se convirtió en el súper héroe de sus hijos Jonathan de 14 años, y Kenia de 10, a quien les dejó en claro que no hay imposibles para cumplir las metas y que no hay mejor herramienta para alcanzarlas que el estudio.