Redacción / Celaya
Recientemente, se dio a conocer a través de diversos medios que una diputada local y un funcionario de PROFECO se dedican a hacer campaña de Morena en horario laboral.
Asimismo, también se informó que el sueldo percibido entre ambos es de 157 mil pesos al mes, siendo 135 mil la percepción de la legisladora.
En este caso, se trata de la diputada Martha Edith Moreno y su esposo Daniel Nieto Martínez, a quienes les pagan por ver los intereses de la ciudadanía, pero ellos invierten la jornada laboral en hacer campaña en contra del PAN.
Hoy en día, Daniel Nieto Martínez, es Director de zona de la Procuraduría Federal del Consumidor en Celaya, Guanajuato, en compañía de su esposa legisladora por la vía de representación proporcional, documentó actos anticipados de campaña contra el partido gobernante en este municipio usando frases como “Hay que trabajar porque a los panistas los tenemos que sacar todos, ¿no?, ¡pero ya!, ¡nos urge que se largue el PAN y para eso tenemos que salir y platicar con las personas”, dice en una historia de su Instagram.
HAY IRREGULARIDADES
Ante lo anterior se ha dado a conocer que esto representa una violación al artículo 134 constitucional que señala “Los servidores públicos de la Federación, las entidades federativas, los Municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, tienen en todo tiempo la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia de los partidos políticos.
Es por ello que en el video también se muestra la configuración de un acto anticipado de campaña haciendo uso de frases que denigran a un partido político.
“Andamos recorriendo todas las comunidades de Celaya y ¿qué creen?: ¡los odian paniaguados, los odian”, dice a la cámara la legisladora.
AL DETALLE
Es importante destacar que el video fue compartido la mañana del viernes 9 de febrero a la cuenta @danielnietogto. En su recorrido se escuchan los cantos de los gallos y se ve a una persona barriendo la calle, donde se aprecia el lenguaje inapropiado sin hacer uso de algún testimonio del que se refieren.