Por: Don Politik

México vive una etapa inédita: paridad en todo, congresos con mayoría de mujeres, trece gobernadoras y, por primera vez, una presidenta de la República. Guanajuato también muestra avances con una mujer en la gubernatura y un Congreso paritario.
Sin embargo, la realidad en la capital del estado refleja un espejismo de representación femenina. La presidenta municipal, Samantha Smith, no ha consolidado un liderazgo propio ni autónomo; por el contrario, su figura aparece subordinada a la sombra de su esposo, el exalcalde Alejandro Navarro. En la narrativa política local, el peso del apellido sigue superando al de las propuestas, y la alcaldía parece más la continuación de un proyecto personal que un triunfo de la paridad.
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Este fenómeno reproduce la lógica de las viejas “Juanitas”, donde las mujeres acceden a cargos pero terminan respondiendo a intereses masculinos. En pleno 2025, esta práctica significa un retroceso: se llena la silla con una mujer, pero la voz y las decisiones se leen como dictadas por un hombre.
El impacto trasciende lo personal: cuando un cargo ganado por una mujer carece de autonomía, todas las mujeres pierden. Se deslegitima la lucha por la igualdad, se alimenta la percepción de que las cuotas de género son mera simulación y se debilita la confianza ciudadana en que la presencia femenina implica agendas reales de seguridad, cuidados, igualdad salarial y no violencia.
En Guanajuato, donde la violencia de género y la desigualdad siguen marcando a miles de familias, se necesita un liderazgo femenino fuerte, con independencia y visión propia. Lo que ocurre en la capital envía el mensaje contrario: que la paridad puede ser utilizada como vehículo de perpetuación de cacicazgos familiares.
El dilema es evidente: ¿queremos mujeres en la política solo como instrumentos de prolongación del poder masculino, o queremos liderazgos femeninos reales, capaces de abrir caminos distintos y responder a las demandas de la ciudadanía?
El futuro de la representación femenina en Guanajuato dependerá de esa respuesta. Hoy, en la capital del estado, lo que vemos es un retroceso.