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    ESTÁS EN:Portada » Falleció Benedicto XVI, el primer papa en renunciar al cargo en 600 años
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    Falleció Benedicto XVI, el primer papa en renunciar al cargo en 600 años

    31 de diciembre de 2022
    Benedicto XVI, cuyo nombre secular era Joseph Aloisius Ratzinger, nació el 16 de abril de 1927 en el municipio de Marktl, Alemania, fue obispo de Roma y cabeza de la Iglesia católica desde 2005 hasta 2013. (Fotos: Especiales).
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    Redacción / Ciudad del Vaticano

    El papa emérito Benedicto XVI, el tímido teólogo alemán que intentó reanimar el cristianismo en una Europa secularizada y que será recordado como el primer pontífice que renunció al cargo en 600 años, falleció este sábado. Tenía 95 años.
    “Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano”, indicó en un comunicado el director del servicio de prensa de la santa sede, Matteo Bruni.
    “El cuerpo del Papa Emérito estará en la Basílica de San Pedro del Vaticano para la despedida de los fieles”, reza otro comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede.
    Poco antes de las 11:00, las campanas de la basílica repicaron por la muerte del papa emérito, mientras cientos de personas se acercaban a la plaza para recordar la figura de Joseph Ratzinger.
    El 10 de febrero de 2013 Joseph Ratzinger pronunció un discurso en latín que sacudió a la Iglesia católica como no lo había hecho en siglos.
    “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”.
    Tenía 86 años y había adoptado el nombre de Benedicto XVI ocho años antes. Fue la primera renuncia de un Papa desde la Edad Media. Gregorio XII lo había hecho en 1415, 600 años atrás.
    En la Historia quedará constancia de que fue uno de los teólogos más sobresalientes de su generación, con una visión del cristianismo que inició en el liberalismo en su juventud y luego se tornó hacia un conservadurismo duro.
    Edward Stourton, un experto del catolicismo de la BBC, lo describió como “un conservador en el sentido más profundo de la palabra, alguien que cree que la tradición refleja verdades importantes y debe ser respetada”.
    En su época al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, algunos de los sobrenombres con que lo apodaron reflejan su férreo compromiso con la ortodoxia: se lo conocía como el “rottweiler de Dios” o el “cardenal Panzer”.
    Cuando renunció a su papado, L’Osservatore Romano -el diario del Vaticano- lo despidió como un “pastor rodeado de lobos”.

    No quiso ser Papa

    El excardenal Joseph Ratzinger nunca quiso ser papa, y a sus 78 años planeaba pasar sus últimos años escribiendo en la “paz y tranquilidad” de su Baviera natal.
    En su lugar, se vio obligado a ocupar el puesto del querido San Juan Pablo II en 2005 y a dirigir la Iglesia en medio del escándalo de abusos sexuales cometidos por clérigos, al que siguió otro cuando su propio mayordomo robó sus documentos personales y se los entregó a un periodista.
    Al ser elegido Papa, señaló en una ocasión, sintió como si le hubieran pasado por la “guillotina”.
    Pese a eso, asumió el puesto con la firme intención de reavivar la fe en un mundo que, según lamentaba con frecuencia, parecía creer que podría prescindir de Dios.
    Con algunas decisiones clave, a menudo polémicas, trató de recordarle a Europa su herencia cristiana. Y llevó a la Iglesia por una senda conservadora y tradicional que con frecuencia molestó a los progresistas.
    Relajó las restricciones a la celebración de la antigua misa en latín y tomó medidas enérgicas contra las monjas estadounidenses, insistiendo en que la Iglesia se mantuviese fiel a su doctrina y tradiciones ante un mundo cambiante. Fue un camino que en muchos aspectos revirtió su sucesor Francisco, cuyas prioridades de misericordia sobre la moral alejaron a los tradicionalistas, con los que Benedicto XVI había sido indulgente.

    Una de las últimas fotografías del papa emérito, tomada durante una reunión de los Premios Ratzinger 2022.

    Abusos sexuales y… Marcial Maciel

    Pero el legado de Benedicto XVI quedó marcado de forma irreversible por el estallido a nivel mundial del escándalo de abusos sexuales en 2010, a pesar de que cuando fue cardenal fue el responsable de que el Vaticano cambiase su enfoque sobre el asunto.
    Según los documentos, a pesar de conocer muy bien el problema, la Santa Sede hizo caso omiso durante décadas, llegando a desautorizar a obispos que intentaban hacer lo correcto.
    Benedicto XVI conocía de primera mano la magnitud del problema, ya que en su antiguo puesto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigía desde 1982, era el responsable de hacer frente a los casos de abusos.
    De hecho, fue él quien en 2001 tomó la decisión, entonces revolucionaria, de asumir la responsabilidad de procesar esos casos tras percatarse de que obispos de todo el mundo no castigaban a los agresores, sino que se limitaban a cambiarlos de parroquia, donde podrían volver a violar.
    Y una vez que asumió el papado, en esencia actuó en forma muy distinta a Juan Pablo II, al tomar medidas contra el sacerdote pederasta más famoso del siglo XX, el mexicano Marcial Maciel.
    Benedicto XVI asumió el control los Legionarios de Cristo, la orden religiosa conservadora de Maciel que su predecesor había considerado un modelo de ortodoxia, después de que se reveló que el fundador había abusado sexualmente de seminaristas y engendrado al menos tres hijos.
    Maciel la había creado en la década de 1940 con el fin declarado de acercar el ministerio de la Iglesia a los más jóvenes, pero la congregación terminó siendo el espacio donde fueron abusados sexualmente cerca de 175 menores a lo largo de cuatro décadas, según los reportes de crímenes que incluso han sido aceptados por las propias autoridades eclesiásticas.
    En 2005, cuando Ratzinger se convierte en Benedicto XVI, la institución tenía presencia en cerca de 10 países y unos 65.000 miembros, especialmente en América Latina. Maciel era considerado un protegido de su antecesor, el papa Juan Pablo II.
    Y una de las primeras acciones importantes del pontificado de Benedicto fue ordenar el pase a retiro de Maciel en sus actividades como sacerdote, en 2006.
    Ya retirado, el papa emérito fue señalado en un informe independiente por su trato a cuatro sacerdotes cuando era obispo de Múnich. Negó haber cometido delito alguno a nivel personal, pero pidió disculpas por cualquier “falta grave”.

    Papa alemán

    Joseph Aloisius Ratzinger nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau, en Baviera, Alemania, el 16 de abril de 1927. Vivió su adolescencia en Traunstein, cerca de la frontera con Austria, en un ambiente muy religioso.
    Durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, fue enlistado en los servicios auxiliares antiaéreos del Ejército alemán. Al terminar la guerra, en 1946, iniciaría sus estudios de filosofía y teología en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Freising y en la Universidad de Múnich.
    Al concluir sus estudios, en 1951, recibió la orden sacerdotal y un año después inició su carrera como profesor también en la Escuela Superior de Freising. Desde entonces, y hasta 1977, ejerció como profesor en distintas instituciones de Bonn, Münster, Tubinga, y en la Universidad de Ratisbona, donde, además de catedrático, fungió como vicepresidente.
    El 25 de marzo de 1977, el papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Múnich y Freising. El 28 de mayo recibió la consagración episcopal y se volvió el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, en asumir el gobierno pastoral de la arquidiócesis bávara.
    También en 1977, el 27 de junio, el papa Pablo VI lo volvió cardenal del título presbiteral de Santa María de la Consolación en Tiburtino, con lo cual pudo participar en el cónclave de 1978 en el que se eligió a Juan Pablo I, y, posteriormente, en octubre del mismo año, en el cónclave donde se eligió Karol Wojtila como el papa Juan Pablo II.
    Durante el pontificado de Juan Pablo II ocupó el cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Tecnológica Internacional de noviembre de 1981. Un año después, renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Múnich y Freising y fue elevado a la orden de los obispos, a cargo de la sede suburbicaria de Velletri Segni.

    Joseph Ratzinger, recién nombrado obispo de Múnich y Freising en la cripta de la catedral de Freising.

    Entre 1986 y 1992, presidió la comisión para la preparación del catecismo de la Iglesia católica, lo que derivó en la presentación del nuevo catecismo. Para finales de la década de los 90, Ratzinger fue elegido como vicedecano del Colegio Cardenalicio y, en 2002, consiguió ser designado como decano.
    Dentro de la curia romana ocupó varios cargos: miembro del Consejo de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias orientales, para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para los obispos, para la evangelización de los pueblos, para la educación católica, para el clero y para las causas de los santos; de los Consejos pontificios para la promoción de la unidad de los cristianos y para la cultura; del Tribunal supremo de la Signatura apostólica, y de las Comisiones pontificias para América Latina, Ecclesia Dei, para la interpretación auténtica del Código de derecho canónico y para la revisión del Código de derecho canónico oriental.
    Además de ser autor de diferentes títulos de teología, entre los que destaca La sal de la tierra y En la escuela de la verdad, también recibió varios doctorados honoris causa como el que le otorgó el College of St. Thomas in St. Paul; la Universidad Católica de Eichstätt; la Universidad de Lima; la Universidad de Navarra, y por la Facultad de Teología de la Universidad de Wroclaw.
    El punto cumbre de su carrera eclesiástica vendría el 19 de abril de 2005, cuando fue elegido como nuevo jefe de la Iglesia católica, tras la muerte de Juan Pablo II. Dicho cargo lo ocuparía con el nombre de Benedicto XVI hasta el 11 de febrero de 2013.
    El funeral del papa número 265 de la historia será oficiado por su sucesor, Francisco, el próximo 5 de enero en la plaza de San Pedro, un evento sin precedentes en los dos mil años de historia de la Iglesia. Se espera la asistencia de decenas de miles de personas, entre ellas jefes de Estado y líderes de otras religiones.

    (Con información de AFP, AP, BBC, EFE)

    Benedicto XVI Ciudad del Vaticano Fallecimiento Iglesia católica Papa emérito Religión

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