Agencias / Estocolmo, Sue.
Abdulrazak Gurnah, novelista tanzano radicado en Reino Unido, recibió el Nobel de Literatura 2021 por “la penetración intransigente y compasiva” en sus libros de “los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”, anunció la Academia Sueca, que otorga el premio, con un valor de 10 millones de coronas suecas (1,14 millones de dólares).
Gurnah es el quinto escritor africano galardonado con el Nobel, después de Wole Soyinka (Nigeria, en 1986), Naguib Mahfuz (Egipto, 1988), y los sudafricanos Nadine Gordimer (1991) y John Maxwell Coetzee (2003), ambos de Sudáfrica.
Nacido en Zanzíbar en 1948, Gurnah se instaló en Inglaterra a finales de los años sesenta y es autor de novelas como “Memory of Departure”, “Pilgrims Way”, “Dottie”, “Paradise”, “Admiring Silence” o “By the Sea”. Al menos tres de ellas han sido publicadas en español: “Precario silencio” (1998), “Paraíso” (1997) y “En la orilla” (2003).
En su última novela, “Afterlives”, publicada en el 2020, describe el escenario del principio del siglo XX, una época anterior al final de la colonización alemana de África Oriental en 1919.
“La dedicación de Gurnah a la verdad y su aversión a la simplificación son sorprendentes. Esto puede hacerlo sombrío e intransigente, al mismo tiempo que sigue el destino de los individuos con gran compasión y un compromiso inquebrantable. Sus novelas huyen de las descripciones estereotipadas y nos abren la mirada a una África Oriental culturalmente diversificada y desconocida para muchos en otras partes del mundo”, afirmó Anders Olsson, presidente del Comité Nobel de Literatura.
Subrayó que en el universo literario del novelista “todo es cambiante: los recuerdos, los nombres, las identidades”. “Una exploración interminable impulsada por la pasión intelectual está presente en todos sus libros, e igualmente prominente ahora, en ‘Afterlives’, que cuando empezó a escribir como refugiado a los 21 años”, agregó.
Comenzó a escribir a los 21 años en el exilio inglés, y aunque el suajili era su primer idioma, el inglés se convirtió en su herramienta literaria. Ha dicho que en Zanzíbar su acceso a la literatura en suajili era prácticamente nulo y que sus primeros escritos no podían contarse estrictamente como literatura.
Hasta su reciente jubilación fue profesor de Literatura Inglesa y postcolonial en la Universidad de Kent, en Canterbury. El tema de la perturbación del refugiado, según la academia sueca, recorre toda su obra, en la que Gurnah “rompe conscientemente con las convenciones, cambiando la perspectiva colonial para resaltar la de las poblaciones indígenas”.
Una sorpresa
En declaraciones tras recibir la noticia, expresó que fue una “completa sorpresa” y consideró que su galardón podría significar que temas como la crisis de los refugiados y el colonialismo serán ahora “discutidos”.
“Estas son cosas que están con nosotros todos los días. La gente está muriendo, la gente está siendo lastimada en todo el mundo; debemos abordar estos problemas de la manera más amable”, dijo.
“Vine a Inglaterra cuando palabras como ‘solicitante de asilo’ no eran exactamente las mismas: más personas están luchando y huyendo de los estados terroristas (…) El mundo es mucho más violento de lo que era en la década de 1960, por lo que ahora hay una mayor presión sobre los países que están a salvo, que inevitablemente atraen a más personas”, dijo el escritor.
Más allá del dinero y el prestigio del premio, el Nobel de literatura genera una gran cantidad de atención para el autor ganador, a menudo estimulando las ventas de libros y presentando a los ganadores menos conocidos a un público internacional más amplio.
¿Mayor diversidad?
Círculos literarios en Estocolmo y alrededor del mundo especularon intensamente este 2021 sobre el anuncio. Los 18 miembros de la Academia Sueca son conocidos por sus métodos sigilosos, dignos de una novela de espías, para evitar que se filtren pistas, usando códigos para los autores y portadas falsas para esconder lo que están leyendo.
Con un palmarés copado mayoritariamente de hombres occidentales en sus 120 años de existencia y pese a su reciente compromiso de hacer más diverso el prestigioso laurel, el perfil del típico premiado es fácil de definir: masculino, de un país occidental, generalmente de Europa, a veces un poco oscuro, y que escribe o ha sido traducido a un idioma que puede ser leído por la Academia.
De los 117 laureados en literatura desde que el premio se instauró en 1901, 95 han sido europeos o norteamericanos, equivalente a 80% del total. Francia acumula 15 galardonados, más que cualquier otro país. Además, 101 hombres lo han ganado, frente a solo 16 mujeres.
La Academia insiste en que sus laureados son escogidos por sus méritos literarios y que no toma en cuenta la nacionalidad. Pero tras el escándalo #MeToo que sacudió a la Academia y obligó a aplazar el premio de 2018 durante un año, el organismo dijo que ajustaría sus criterios para tener mayor diversidad geográfica y de género. “Antes teníamos una perspectiva más eurocéntrica de la literatura, ahora estamos mirando a todo el mundo”, dijo en 2019 el jefe del comité Nobel, Anders Olsson.
Desde 1901 se han concedido 113 Premios Nobel de Literatura. Hasta la fecha, el galardonado más joven fue el británico Rudyard Kipling que tenía 41 años cuando se le concedió el premio en 1907 “en consideración al poder de observación, la originalidad de la imaginación, la virilidad de las ideas y el notable talento para la narración que caracterizan las creaciones de este autor de fama mundial”. Mientras, el galardonado de mayor edad fue la británica Doris Lessing, novelista “épica de la experiencia femenina, que, con escepticismo, fuego y poder visionario ha sometido a examen una civilización dividida”, a quien le otorgaron el premio en el 2007, cuando tenía 88 años.
Parcialmente cumplida
Desde entonces, la Academia ha cumplido parcialmente su promesa. Dos mujeres fueron laureadas, la novelista polaca Olga Tokarczuk en 2018, otorgado con un año de atraso, y la poeta estadounidense Louise Gluck en 2020.
Pero en el medio de ellas, el premio de 2019 fue para el austriaco Peter Handke, una opción polémica por su apoyo al expresidente serbio Slobodan Milosevic, quien enfrentaba cargos por genocidio cuando murió en 2006.
La promesa de una mayor diversidad geográfica hasta ahora no se ha cumplido mucho. El novelista chino Mo Yan había sido el último galardonado no europeo o estadounidense, en 2012. Mientras, los críticos insisten en que hay una bandada de escritores talentosos no occidentales de donde escoger.
La Academia suele recibir 200 o 300 nominaciones para finales de enero, que se reducen a cinco para el verano boreal. Los cinco miembros del comité Nobel de la Academia estudian la obra de esos cinco autores antes de someter su elección al pleno de la Academia, que elige un ganador antes del anuncio de octubre. Sus deliberaciones permanecen en secreto por 50 años.
La temporada Nobel continúa el viernes en Oslo con el anuncio del premio de la paz, seguido el lunes con el de economía.
(Con información de AFP, AP, BBC, EFE, Reuters).