Los hijos de López Obrador viven en mansiones en el extranjero, tienen los vehículos más lujosos y no se sabe de dónde sacan para esas cosas.
Como a todes, me indignó mucho la nota de Latinus https://latinus.us/2022/01/27/loret-capitulo-69/ donde muestran que José Ramón López Beltrán vive en Houston en una casota del tamaño de mi fraccionamiento, con cine propio y alberca de 23 metros.
En 2018 estuvo en la campaña de su papá y ahí aseguró que no trabajaría para el gobierno, pero tres años después le alcanza para lujos que ni en sueños el mexicano promedio podría darse. Y no es ningún delito vivir con lujos, la cosa es que su papá Andrés Manuel pregona una vida de austeridad, de andar en un Tsuru o un Jetta y de traer $200 en la cartera.
Es una contradicción del tamaño de Palacio Nacional que mientras nos habla de las bondades de vivir con el mínimo, de no tener propiedades y de luchar contra la corrupción, su propio hijo, su línea más cercana juega para el equipo ‘fifí’ y es titular.
¿Cómo se puede explicar que desde que AMLO dejó de ser jefe de Gobierno en la cedemequis no trabajó por 18 años ¿cómo le hizo para vivir? Y, sobre todo, ¿cómo le hizo para solventar una campaña? Es un misterio, al igual que lo será cómo le hace su hijo para vivir en una casa de casi un millón de dólares que está a nombre de su pareja y que, casualmente, el dueño anterior es proveedor de Pemex. Como decía Condorito: ¡Plop!, Exijo una explicación.
La recomendación
Hace rato que traía ganas de una buena película de acción, así que en HBO MAX me receté “Nadie (Nobody)” que protagoniza quien dio vida al abogado de “Breaking Bad” y que después tuvo su propia serie en “Better Call Saul”.
Bob Odenkirk se gradúa como protagonista en este filme de buenos madrazos y trama rapidita. Hutch es un tipo promedio cuya vida te la resumen en 30 segundos. Levantarse, correr, desayunar, ir al trabajo, llenar hojas de Excel y regresar a dormir. Hasta que un día unos ladrones entran en su casa para quitarle lo gris a su aburrida vida y revelarnos a un verdadero perro de pelea.
Hay escenas de trancazos que te provocan angustia, pero no quieres que se detengan y agradeces que los personajes “malos” tienen su encanto combinado con su maldad. Si le dan play no se van a arrepentir como los que votaron por AMLO.
Bueno, mis vidos, ya me voy porque tengo así de lavar y así de planchar, por favor síganse cuidando con su cubreboca, usen bloqueador y tomen vitamina C.