Redacción / Ankara, Turquía
Dos poderosos terremotos de magnitud 7,8 y 7,5 respectivamente sacudieron en la madrugada de este lunes el sureste de Turquía y el noroeste de Siria, causando más de 4,000 muertos y miles de heridos.
Al menos 2,921 personas murieron y casi 16,000 resultaron heridas en 10 provincias turcas, según las autoridades de Turquía. El número de fallecimientos en las zonas bajo control del gobierno de Siria aumentó a 656, con alrededor de 1,400 heridos, según el Ministerio de Salud. En la región rebelde del noroeste del país, grupos que operan en la zona informaron que había al menos 450 decesos y varios cientos de heridos.
Más de 45 países han expresado su apoyo y han anunciado envíos de cientos de efectivos de rescate a Turquía y a su vecino Siria. El objetivo es asistir a las miles de familias afectadas por los terremotos.
Los sismos dejaron extensas zonas devastadas, en las que se teme que haya miles de personas atrapadas bajo los escombros, mientras tanto se ha conseguido sacar de los escombros con vida a unas 2,400 personas.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lo ha llamado “el peor desastre que ha vivido el país en el último siglo, después del terremoto de 1939 en Erzincan”.
Las autoridades temen que la cifra de fallecimientos por los sismos y sus réplicas continúe en ascenso, mientras que los socorristas buscaban sobrevivientes entre los metales retorcidos y los trozos de concreto en una región asolada por 12 años de la guerra civil en Siria y una subsecuente crisis de refugiados.
Los sobrevivientes lanzaban gritos desesperados de ayuda entre las montañas de escombros, y los rescatistas se las arreglaban para seguir trabajando bajo la lluvia y la nieve. La actividad sísmica siguió remeciendo a la región. Los socorristas retiraban cuidadosamente grandes pedazos de concreto para poder sacar cuerpos mientras las familias desesperadas esperaban impacientes noticias sobre sus seres queridos.
“Mi nieto tiene un año y medio. Por favor ayúdenlos, por favor. Estaban en el piso 12”, imploraba Imran Bahur a un costado de los restos del edificio en el que vivía en la ciudad turca de Adana.
Decenas de miles de personas que perdieron su hogar en Turquía y Siria se enfrentaban a una noche helada. En la ciudad turca de Gaziantep, una capital provincial ubicada a unos 33 kilómetros del epicentro, las personas se resguardaron en centros comerciales, estadios, mezquitas y centros comunitarios. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan declaró siete días de luto nacional.
El terremoto, con epicentro en la provincia de Kahramanmaras en el sureste de Turquía, obligó a los residentes de Damasco y Beirut a salir a toda prisa a las calles y llegó a sentirse en lugares tan lejanos como El Cairo.
El sismo también llevó más dolor a una región que ha sufrido enormemente a lo largo de la última década. Del lado sirio de la frontera, la zona está dividida entre territorio en poder del gobierno y el último bastión de la oposición, el cual está rodeado por fuerzas gubernamentales con apoyo de Rusia. Turquía, en tanto, alberga a millones de refugiados de la guerra civil siria.
En el bastión rebelde, cientos de familias seguían atrapadas entre los escombros, señaló la organización de emergencia de oposición conocida como Cascos Blancos. En la zona residen alrededor de 4 millones de personas que fueron desplazadas desde otros puntos del país a causa de la guerra. Muchas de ellas viven en edificios que ya se encuentran destruidos por bombardeos militares.
Los maltrechos centros médicos y hospitales se llenaron de heridos con rapidez, según rescatistas. Otros, como un hospital de maternidad, tuvieron que ser evacuados, según la organización médica SAMS.
Más de 7,800 personas fueron rescatadas en 10 provincias turcas, señaló Orhan Tatar, funcionario de la autoridad nacional para el manejo de emergencias.
La región se ubica sobre grandes fallas sísmicas y es propensa a los temblores. Unas 18,000 personas murieron en 1999 por terremotos similares en el noroeste de Turquía.
El Servicio Geológico de Estados Unidos registró el terremoto del lunes con magnitud de 7,8 a una profundidad de 18 kilómetros. Horas más tarde y a más de 100 kilómetros de distancia se registró un sismo de magnitud 7,5, que posiblemente fue una réplica del primero.
Un video muestra cómo un edificio residencial de varios pisos se derrumbaba en la ciudad turca de Sanliurfa a causa del segundo temblor, generando una enorme nube de polvo y los gritos de las personas que se encontraban en el lugar.
Se reportaron miles de edificios caídos en una amplia zona que va desde las ciudades sirias de Alepo y Hama hasta Diyarbakir, en Turquía, a más de 330 kilómetros de distancia hacia el noreste.
Tan sólo en Turquía más de 5,600 construcciones quedaron destruidas, informaron las autoridades. Los hospitales sufrieron daños y uno de ellos colapsó en la ciudad de Iskenderun.
Las bajas temperaturas podrían reducir el tiempo que tienen los rescatistas para salvar a sobrevivientes atrapados en los escombros, dijo el doctor Steven Godby, experto en desastres naturales en la Universidad Nottingham Trent. La dificultad de trabajar en zonas afectadas por una guerra civil podría complicar todavía más las labores de rescate, añadió.
Decenas de países, así como la Unión Europea y la OTAN, no tardaron en ofrecer ayuda que va desde cuadrillas de búsqueda y rescate hasta suministros médicos y fondos. La gran mayoría de ellos fueron para Turquía, pero Rusia e incluso Israel prometieron ayudar al gobierno de Siria, aunque se desconoce si el devastado bastión rebelde en el noroeste del país recibiría asistencia.
El grupo opositor Defensa Civil Siria describió la situación en la zona como “desastrosa”.
La zona bajo control opositor, ubicada en la provincia de Idlib, ha estado sitiada durante años, y los bombardeos rusos y del gobierno son frecuentes. El territorio depende del flujo de asistencia procedente de Turquía para cosas como alimentos y suministros médicos.
El portavoz de la ONU Stephane Dujarric señaló que 224 edificios en el noroeste de Siria quedaron destruidos y al menos 325 sufrieron daños, incluidos almacenes de asistencia. Naciones Unidas ha estado enviando ayuda para 2,7 millones de personas cada mes a través de envíos desde el otro lado de la frontera, los cuales podrían resultar afectados.
En un hospital de Idlib, Osama Abdel Hamid dijo que la mayoría de sus vecinos murieron cuando se vino abajo el edificio de cuatro pisos en el que vivían. Mientra trataba de escapar con su esposa y sus tres hijos, una puerta de madera les cayó encima, protegiéndolos de los demás escombros”.
“Dios me dio nueva vida”, declaró.
En Azmarin, una pequeña localidad rebelde en las montañas de Siria cerca de la frontera con Turquía, habitantes y rescatistas llevaron a un hospital los cuerpos de varios niños envueltos en sábanas.
En la ciudad de Kahramanmaras, los socorristas sacaron a dos niños con vida de los escombros, y se podía ver a uno de ellos tendido sobre una camilla colocada en el suelo nevado. La cadena turca CNN Turk informó que una mujer fue salvada en Gaziantep luego de que un perro entrenado la detectó.
En Adana, unas 20 personas, algunas de ellas con chaquetas de los servicios de emergencia, usaron sierras eléctricas en la parte superior de un edificio colapsado para abrir espacio para que los sobrevivientes pudieran salir o fueran rescatados.
Horas antes en Adana, se podía escuchar a un sobreviviente que gritaba entre los escombros: “Ya no tengo más fuerza”, mientras los socorristas intentaban llegar hasta él, dijo Muhammet Fatih Yavuz, un habitante de la localidad.
En Diyarbakir, cientos de socorristas y civiles formaron filas a través de una enorme pila de escombros, pasando de mano en mano pedazos de concreto, pertenencias personales y demás escombros mientras buscaban sobrevivientes atrapados, al tiempo que las excavadoras retiraban restos en la parte inferior.
Coordinan ayuda
Los equipos de la ONU ya se encuentran sobre el terreno estableciendo las necesidades y proveyendo asistencia a las decenas de miles de damnificados tras el colapso de las infraestructuras por el terremoto y desde esta institución, su secretario general, António Guterres, reiteró el “compromiso total” de la comunidad internacional de apoyar en las operaciones de salvamento.
Alemania y España ha movilizado al menos 100 efectivos, por país, para colaborar en las tareas de búsqueda y rescate urbano, un despliegue que será coordinado por la Unión Europea (UE), donde al menos trece países ofrecieron equipos de socorro.
La Comisión Europea activó para ello el Mecanismo de Protección Civil de la UE, una reserva con medios de transporte, equipos médicos y equipamientos logísticos, entre otros, que está pensada para su puesta en marcha inmediata, tanto dentro como fuera de las fronteras de los Veintisiete, en caso de catástrofes.
En el marco de este mecanismo de emergencias europeo, Francia se comprometió a enviar 139 socorristas de la seguridad civil a Turquía, mientras que Alemania ofreció campamentos provisionales, para los que están preparando el envío de tiendas y mantas, además de proporcionar sistemas eléctricos de emergencia y de procesamiento de agua.
Desde Estados Unidos, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, indicó a la prensa que su país mandaría a Turquía a 279 personas especializadas en gestión de catástrofes.
En tanto, algunos estados de la región mediterránea, como Israel, Argelia o Grecia también han llevado equipos de salvamento a Turquía: 150 soldados viajaron desde Israel, 89 lo hicieron desde Argelia y 26 por parte de Grecia.
Entre los vecinos de Siria y Turquía, Rumanía, Georgia y Bosnia-Herzegovina ordenaron el traslado de, en total, 170 rescatadores a Turquía.
Rusia, por su parte, informó el lunes de que más de 300 militares desplegados en Siria habían comenzado a prestar ayuda en los lugares más afectados. Desde Pakistán, el primer ministro, Shehbaz Sharif, anunció el envío de dos aviones con equipos formados por doctores, paramédicos y operativos de rescate para apoyar las labores de socorro.
También América Latina
Multitud de países de América Latina, como Colombia, México, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia, Guatemala, Bolivia y Venezuela, entre otros, trasladaron sus condolencias a Turquía y a Siria por lo ocurrido.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que en la mañana del lunes dio instrucciones a la Secretaría de Relaciones Exteriores, a la Secretaría de Marina y a la de Defensa para que “organicen la ayuda que se pueda ofrecer, que se pueda brindar”.
Aumentarán decesos
El número de víctimas preliminares por el terremoto que azotó Turquía y Siria podría aumentar hasta ocho veces debido a que las labores de rescate continúan, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La jefa de la oficina de Emergencias para Europa de la OMS, Catherine Swallwood, explicó que, con base en experiencias anteriores, “hay posibilidad de que continúen los colapsos” lo que provoca que “las cifras iniciales aumentan hasta ocho veces”.
“Siempre vemos lo mismo en los terremotos, desafortunadamente, que los reportes iniciales sobre el número de personas que murieron o están heridas aumentará significativamente en la semana siguiente”, declaró Swallwood, a la agencia AFP.
La experta de la OMS advirtió que las personas sobrevivientes también están en riesgo, pues muchos pernoctarán en las calles, en situaciones climatológicas propensas a la transmisión de enfermedades.
(Con información de AFP, AP, EFE)