La Tía Politik
Querides, aquí su columnista que ya debería cobrar horas extras por ver la política local… porque esto es puro entretenimiento involuntario.
Lo primero, en el Congreso de Guanajuato, Morena decidió regalarnos otro episodio de su reality interno: la pelea por la coordinación del grupo parlamentario. No es que estén planeando cómo mejorar leyes o fiscalizar mejor; no, aquí la disputa es por el timón… aunque el barco esté medio hundido. Es como cuando la lavadora ya se descompuso, pero todes pelean por ser quienes aprieten el botón de “inicio”.
En otro tenor, la mera mera del país, Claudia Sheinbaum vino de gira por Guanajuato y, oh casualidad, las figuras morenistas de “peso” no estuvieron presentes. En cualquier otro país, eso se llamaría falta de respaldo; aquí fue un mensaje, no fueron llamados. Y Claudia, que sabe navegar en aguas turbulentas, se movió tranquila y dejó claro que la batuta es suya. Y de paso reafirmó que su pacto con Libia Denisse, gobernadora panista, está más sólido que contrato de telefonía con cláusulas en letra chiquita: una vez que entras, ya no sales.
Mientras tanto, en el PAN, José Luis “Chelis” Oliveros, alcalde de Apaseo el Grande, sigue demostrando que no se asusta con los truenos. Su amigo Juan Manuel Oliva se fue a México Republicano, pero él se quedó institucional. Nada de berrinches, nada de “me voy con mi compa”. Eso en la política mexicana es como encontrar el refrigerador limpio: rarísimo, pero posible.
Mis querides en Guanajuato la política se parece mucho a una cocina de casa vieja: hay pocas ollas, todos quieren usarlas, y al final el guiso nunca queda como se esperaba. Ojalá un día alguien se preocupe menos por adueñarse de la estufa y más por cocinar algo que nos alcance a todes.
Ajá.