Redacción / Doha, Qatar
Ante la amenaza de la FIFA de amonestar a los jugadores, siete selecciones que participan en la Copa Mundial renunciaron este lunes a llevar los brazaletes de una campaña antidiscriminación que apunta contra el historial de derechos humanos de la anfitriona, Qatar.
Unas horas antes de que los primeros capitanes saltasen al campo con los brazaletes que respaldan la campaña “One Love”, el órgano rector del futbol mundial amenazó con que los jugadores recibirían tarjetas amarillas de forma automática. Esto alteró los cálculos de las siete selecciones europeas, que podrían haber esperado una sanción económica. Tales despliegues quebrantan las normas de la FIFA.
“La FIFA ha sido muy clara, impondrá sanciones deportivas si nuestros capitanes portan los brazaletes sobre el campo. Como federaciones nacionales, no podemos pedir a nuestros jugadores que se arriesguen a sanciones deportivas, incluidas tarjetas amarillas”, escribieron siete federaciones.
Inglaterra, Gales, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos (Holanda) y Suiza han renunciado por ello a que sus respectivos capitanes reciban una tarjeta amarilla por este brazalete inclusivo, sintiéndose “frustrados” por la inflexibilidad de la FIFA.
Inicialmente miembro de la iniciativa “One Love”, Francia había anunciado en palabras de su capitán Hugo Lloris que no llevaría el brazalete.
“Estábamos listos a asumir multas aplicables en caso de no respeto de las reglas sobre las equipaciones y estábamos muy comprometidos sobre ese brazalete. Pero no podemos poner a nuestros jugadores en una situación en la que puedan ser amonestados, e incluso tener que abandonar el terreno” (en caso de una segunda tarjeta amarilla), justifican las federaciones.
El reglamento sobre las equipaciones prevé que los capitanes lleven “los brazaletes proporcionados por la FIFA” durante las fases finales. En el caso contrario, el árbitro puede pedir al jugador que abandone el terreno para “corregir su atuendo”, y en caso de no respeto de esta consigna, el jugador puede ser amonestado, bajo la apreciación del árbitro.
Como reconoció este lunes el entrenador danés, Kasper Hjulmand, “ir al campo y que te sancionen con una tarjeta amarilla no es posible”, indicó. “No podemos pedir a los jugadores que asuman eso”, prosiguió.
En 2010 la selección de los Países Bajos (Holanda) comenzó a usar el distintivo con los colores del arco iris antes de la Eurocopa 2020. ¿El objetivo? Promover la diversidad y la inclusión.
Desde su designación para organizar el evento en 2010, Qatar ha sido blanco de fuertes críticas, que se han intensificado aún más con la proximidad del torneo, sobre todo en materia de derechos humanos, en particular las personas LGBTQ+ y los trabajadores migrantes, entre ellos, los que trabajaron en las obras del Mundial.
Para demostrar su compromiso con estas causas, varias federaciones europeas anunciaron en septiembre la iniciativa “One Love”.
Tras un largo silencio, la FIFA, que lo consideraba como una crítica enmascarada hacia el país anfitrión, reaccionó el sábado ofreciendo sus propios brazaletes de capitán, con mensajes mucho más consensuales, como “Salva el planeta”, “Educación para todos” o “No a la discriminación”.
Este lunes, la FIFA anunció que sus brazaletes oficiales con el mensaje “No a la discriminación” serían utilizables por los capitanes desde ya, cuando estaba previsto que los usaran, en un principio, desde los cuartos de final.
Critican a la FIFA
Tanto las selecciones como asociaciones de aficionados criticaron a la FIFA por su decisión de penalizar a los jugadores.
El director general de la federación danesa, Jakob Jensen, dijo que estaba “extremadamente decepcionado con la FIFA”, y el presidente de la alemana, Bernd Neuendorf, calificó la medida como “otro golpe bajo”.
La Asociación de Aficionados al Futbol, dijo sentirse “traicionada”. “Hoy sentimos desprecio por una organización que ha mostrado sus verdaderos valores al sacar la tarjeta amarilla a los jugadores y la tarjeta roja a la tolerancia”, dijo en un comunicado.
“Nunca más una Copa del Mundo debe darse únicamente en función del dinero y las infraestructuras”, agregó el grupo.
“Ningún país que se quede corto en derechos LGBT+, derechos de las mujeres, derechos de los trabajadores, o cualquier otro derecho humano, debería tener el honor de organizar una Copa del Mundo”, remató la asociación de fanáticos del balompié.
Por su parte, 3LionsPride, un grupo de hinchas ingleses de la comunidad LGBTQ+, declaró que la decisión era “más que decepcionante”, y añadió que la FIFA estaba violando a los capitanes su derecho “a la libertad de expresión”.
La decisión también fue condenada por el grupo antidiscriminación Kick It Out, quien denunció que la misma revela “el fracaso de la FIFA a la hora de abordar las preocupaciones tanto de los grupos de derechos humanos como de la comunidad LGBTQ+ sobre la preparación de este torneo”.
En tanto, el excapitán de la selección inglesa, Alan Shearer, declaró que el momento en que se tomó la decisión “no era justo” para los jugadores, y añadió que él habría desafiado a la FIFA y llevado el brazalete de todos modos.
(Con información de AFP, AP, Reuters)