Redacción / Boston, EE.UU.
Equipos de rescate centran la búsqueda del sumergible Titán desaparecido el domingo con cinco personas a bordo cerca de los restos del Titanic en la zona donde en las últimas horas se escucharon ruidos de origen indeterminado, en una carrera contrarreloj ya que el oxígeno de la nave se está agotando.
“No sabemos qué son los ruidos” escuchados el martes por la noche y el miércoles por la mañana, dijo en una rueda de prensa el portavoz del servicio de Guardacostas estadounidense, el capitán Jamie Frederick, quien pidió mantenerse “optimistas y esperanzados”.
La comunicación con el sumergible Titán, de 6,5 metros de eslora, se perdió el domingo dos horas después de que emprendiera el descenso hacia los vestigios del mítico transatlántico Titanic, localizados a casi 4.000 metros de profundidad y a unos 600 km de la isla canadiense de Terranova, en el Atlántico Norte.
Hasta ahora, la búsqueda con ayuda de un vehículo operado remotamente (ROV) no han dado ningún resultado.
Las cuadrillas de búsqueda que intentan desesperadamente encontrar el sumergible Titán desaparecido han detectado ruidos submarinos en el área. Pero no será fácil ubicar la fuente de ese sonido en el océano.
“No es un problema simple”, dijo Matt Dzieciuch, experto en acústica oceánica de la Institución Scripps de Oceanografía.
El océano es un “lugar ruidoso”, subrayó Dzieciuch. Hay muchas otras fuentes potenciales de sonido bajo el agua, incluyendo peces, otros animales y, desde luego, instrumentos hechos por el hombre, explicó.
Por su parte, en entrevista para CBS, el responsable de las operaciones de búsqueda, John Mauger, declaró que se mantiene el enfoque de rescate “mientras haya alguna oportunidad de supervivencia”. Sin embargo, el tiempo corre. Según las estimaciones de los especialistas, el sumergible se quedará sin oxígeno en las primeras horas del 22 de junio. A esto se suma que, una vez localizado, se necesitan varias horas para lograr sacarlos del océano tras haber estado a una profundidad de unos 3.800 metros.
El sumergible perdido podría encontrarse a unos 3.800 metros de profundidad, cerca del lugar donde descansan los restos del Titanic, hacia los cuales se dirigía en un viaje turístico.
A bordo iba el piloto Stockton Rush, director general de la empresa organizadora de la expedición, OceanGate. Sus pasajeros eran un aventurero británico, dos miembros de una familia de empresarios paquistaníes y un experto en el Titanic.
Ruidos no definidos
La Guardia Costera indicó que los equipos de búsqueda escucharon golpes en intervalos de 30 minutos.
Pero todavía es “especulativo” si esos ruidos son una señal real de vida, dijo Art Trembanis, científico marino de la Universidad de Delaware. Incluso este tipo de patrón podría provenir de un instrumento submarino que emite ruidos repetidos.
Por lo general, un vehículo submarino cuenta con un dispositivo llamado pinger (emisor de ultrasonidos) que puede comunicarse con la superficie y facilitar su localización, añadió Dzieciuch. Sin embargo, no queda claro si el sumergible Titan estaba usando uno.
Un enorme reto es que el personal de búsqueda no sabe exactamente qué tipo de señal está buscando, aseveró Lora Van Uffelen, investigadora en ingeniería oceánica de la Universidad de Rhode Island.
“Simplemente están escuchando cualquier cosa”, dijo.
Otro reto para la cuadrilla de búsqueda: Las ondas sonoras se doblan cuando viajan bajo el agua, debido a la forma en que cambian la presión y la temperatura a diferentes profundidades, detalló Dzieciuch. Esto puede crear efectos similares al eco y dificultar la localización de la fuente de un sonido en particular.
“Por ejemplo, una señal de S.O.S. enviada por alguien desde el fondo del océano podría sonar sólo como un golpe aleatorio en la superficie del océano”, afirmó. “Es como gritar en un cañón. Realmente no puedes entender lo que dice la persona al otro lado del cañón”.
Los sonidos en la búsqueda del Titán se captaron usando dispositivos llamados sonoboyas, que se pueden lanzar desde aviones para detectar ruidos y evitar interferencias con los sonidos de barcos, dijo Dzieciuch. Estos dispositivos podrían ayudar a triangular la ubicación del submarino, pero los buscadores necesitarán desplegar muchas boyas para que funcione, de acuerdo con los expertos.
No obstante, Van Uffelen dijo que, a pesar de los retos, “el sonido es una de las mejores esperanzas que tienen de encontrarlo”. Las ondas de sonido se mueven más lejos bajo el agua que en tierra, agregó.
Y en el entorno submarino, el sonido también viaja más lejos que la luz, señaló, por lo que “será más fácil hallarlo escuchando que mirando”.
Los tripulantes
A bordo del Titán se encuentran el multimillonario, explorador británico y presidente de la empresa de aviación Action Aviation, Hamish Harding, de 58 años; el explorador francés con experiencia en excursiones al Titanic, Paul Henry Nargeolet, de 73 años; el empresario de origen paquistaní y administrador de una organización sin fines de lucro, Shazada Dawood; el hijo de éste, Suleman, de 19 años; y el director general de la empresa OceanGate, responsable de la excursión, Stockton Rush.
El costo para vivir esta aventura en las profundidades del mar era de 250.000 dólares por persona.
(Con información de AFP, AP)