Benjamín Segoviano
El XIX Campeonato Mundial de Futbol se otorgó a Sudáfrica en compensación por haber perdido la votación para organizar el de 2006. Con gran impulso del titular de la FIFA, Joseph Blatter, y del expresidente sudafricano Joseph Mandela, ganó la candidatura a Marruecos, que se postulaba por tercera vez como candidato. Sin embargo, en 2015, una investigación del diario inglés The Sunday Times reveló que se habían repartido sobornos para no votar a favor de la propuesta marroquí.
Se inscribieron 204 selecciones a las eliminatorias. A la Concacaf le correspondieron nuevamente 3.5 boletos, por lo que el cuarto lugar jugaría repechaje contra el quinto calificado de la Conmebol. Para el área Norte, Centroamericana y del Caribe, los primeros 13 en la clasificación FIFA (entre ellos México) pasaron directamente a segunda ronda, mientras los 22 restantes jugaron una preliminar.
En la segunda fase, 24 conjuntos se eliminaron por sistema de copa a visita recíproca. Tocó al Tri enfrentar a Belice, al que derrotó fácilmente 2-0 en Belmopan y 7-0 en la Ciudad de México. Para la tercera ronda se integraron tres grupos con cuatro equipos cada uno. El cuadro azteca quedó en el bloque 2, junto a Honduras, Jamaica y Panamá. Para entonces, el director técnico era el sueco Sven- Göran Eriksson, quien había sustituido a Hugo Sánchez, en una decisión polémica como pocas.
Las críticas al técnico escandinavo, surgidas por actuaciones irregulares del conjunto tricolor, arreciaron cuando no pudo liderar el grupo, pues quedó atrás de Honduras. Aunque ganó en casa sus tres encuentros (2-1 a los catrachos, 3-0 a Jamaica y 2-1 a Canadá), como visitante solo pudo rescatar un punto, frente al conjunto de la hoja de maple (1-1), perdiendo tanto en Kingston como en San Pedro Sula por la mínima diferencia. De cualquier modo, avanzó en segundo lugar. Sin embargo, el sueco fue relevado y en su lugar se nombró a Javier Vasco Aguirre.
La tercera fase, igual que en eliminatorias anteriores, constó de un hexagonal entre los dos primeros lugares de cada grupo. México inició con derrota de visitante frente a Estados Unidos, por el ya clásico marcador de 2-0. Ganó a Costa Rica en casa 2-0, más volvió a caer frente a Honduras en San Pedro Sula, ahora por 3-1. Las críticas arreciaron tras otra derrota, por 1-2 ante El Salvador, y no disminuyeron ni con el triunfo de 2-1 en el Azteca sobre Trinidad y Tobago.
La situación mejoró tras imponerse en casa 2-0 a EE.UU. y aún más luego de golear a Costa Rica 3-0 en San José. La victoria como local de 1-0 frente a los hondureños y una goleada de 4-1 contra los salvadoreños dieron un respiro, pero el empate final en Puerto España (2-2), ante los trinitarios, provocó nuevas críticas, pese a que se logró la calificación a Sudáfrica en segundo puesto, abajo de los estadunidenses. Honduras avanzó como tercero. Costa Rica fue cuarto y se enfrentaría a Uruguay en el repechaje, que ganarían los charrúas.
Pase muy apenitas
Para el torneo mundialista, Sudáfrica destinó 10 estadios. En cierto momento, el retraso en las obras provocó dudas acerca de la capacidad del país para efectuar la competencia, pero finalmente todo estuvo a tiempo. Se diseñó un nuevo balón (Jabulani), un leopardo llamado Zakumi fue la mascota y Mandela se convirtió en el símbolo de la primera Copa del Mundo africana.
Regresaron algunos equipos ausentes desde tiempo atrás: Corea del Norte, Argelia, Nueva Zelanda y Chile. Solo hubo dos debutantes, aunque habían formado parte antes de países extintos: Serbia, ya sin Montenegro, y Eslovaquia. México fue ubicado en el Grupo A, junto al país anfitrión, Francia y Uruguay. Además, le correspondió inaugurar el torneo, el 11 de junio, en el flamante estadio Soccer City de Johannesburgo, frente al cuadro local.
Para este encuentro, Aguirre alineó al veterano Óscar Pérez; Francisco Maza Rodríguez, Carlos Salcido, Rafael Márquez, Ricardo Osorio y Paul Aguilar y Efraín Juárez; Gerardo Torrado; Guillermo Franco, Carlos Vela y Giovani Dos Santos. Posteriormente ingresaron Cuauhtémoc Blanco, Javier Chicharito Hernández y Andrés Guardado. A su vez, Carlos Alberto Parreira envió a la cancha a Itumeleng Khune; Siboniso Gaxa, Aaron Mokoena, Lucas Thwala y Bongani Khumalo; Siphiwe Tshabalala, Steven Pienaar y Teko Modise; Reneilwe Letsholonyane, Kagisho Dikgacoi y Katlego Mphela. Entrarían de cambio Tsepo Matilela y Bernard Parker.
El juego fue tenso y con pocas emociones. México dominó el duelo, merced a su mayor técnica y experiencia, pero la reciedumbre y velocidad de los africanos le causaron serios problemas, al grado de que al minuto 55’ Tshabalala colocó el 1-0, ante el delirio del público local. A los 79’, Márquez consiguió la igualada con que terminaría el partido.
El segundo juego de los aztecas fue ante Francia, en el estadio Peter Mokaba de Polokwane. El cuadro galo había calificado con un gol de Thierry Henry claramente ilegítimo en el último juego de clasificación frente a Irlanda, lo que provocó una polémica en la que intervinieron incluso los gobernantes de ambas naciones, así que al interior del equipo francés había de todo, menos calma. Por otra parte, el técnico, Raymond Domenech, que había llevado a su escuadra al subcampeonato en 2006, era sumamente supersticioso y no contribuía a mejorar el ambiente del vestuario.
Aguirre solo hizo un cambio en relación a la alineación anterior, al ingresar Héctor Moreno por Paul Aguilar. Para la segunda parte ingresaron Blanco, Hernández y Pablo Barrera. Los franceses salieron con Hugo Lloris; Bacary Sagna, Eric Abidal, William Gallas, Patrice Evra y Jeremy Toulalan; Florent Malouda, Abou Diaby y Franck Ribéry; Sidney Govou y Nicolas Anelka. Entraron después el entonces desconocido André Pierre Gignac y Mathieu Valbuena.
Ambas escuadras actuaron precavidamente la mayor parte del primer tiempo, pero en el segundo la entrada de Cuauhtémoc se notó casi de inmediato: filtró un balón a Chicharito, quien superó a su defensor en la carrera, burló al arquero y anotó. Quince minutos después, Pablo Barrera fue fauleado en el área y el árbitro marcó pénalti, que el 10 mexicano hizo efectivo. Desde 1962, cuando se había vencido a la entonces poderosa Checoslovaquia, México no había logrado un triunfo frente a una de las escuadras consideradas potencia. En contraparte, el resultado provocó una crisis en el cuadro europeo, que originó la expulsión de Anelka del torneo por insultar a su entrenador.
Con cuatro puntos, México buscaba asegurar su pase contra Uruguay, en el estadio Royal Bakofeng de Rustenburg. Requería al menos empatar para evitarse complicaciones, pues Sudáfrica podría alcanzarlo si era capaz de vencer al desmoralizado equipo francés, que asimismo necesitaba un triunfo por la mayor cantidad de goles posible para dar la pelea. Los charrúas, gracias a un empate sin tantos con los galos y a una goleada de 3-0 sobre el cuadro local, avanzarían también con solo igualar, así que surgieron sospechas ante un posible arreglo de facto que calificara a los dos representativos americanos. El recuerdo del vergonzoso Alemania-Francia de 1982 se hizo presente.
Sin embargo, el resultado (1-0 favorable a los uruguayos, con gol de Luis Suárez) alejó los fantasmas de trampa y fue una prueba de fair play. En la alineación mexicana, Juárez y Vela habían dejado su lugar a Guardado y Blanco, respectivamente. Barrera, Israel Castro y Chicharito entrarían luego de cambio. Por su lado, Óscar Tabárez puso a Fernando Muslera; Diego Lugano, Jorge Fucile, Mauricio Victorino y Maxi Pereira; Álvaro Pereira, Diego Pérez y Egidio Arévalo; Edinson Cavani, Suárez y Diego Forlán, un conjunto que haría historia y reviviría las viejas glorias de los celestes.
Uruguay finalizó de esa manera en primer lugar. En el otro encuentro, Sudáfrica sorprendió y se impuso 2-1 a los franceses, que terminaron últimos del grupo con dos puntos y solo un gol. Pese al resultado, el cuadro de casa quedó debajo de México por diferencia de goles y se convirtió en el primer equipo sede que no pudo avanzar a la siguiente fase.
El Tri volvió a Johannesburgo para su partido de cuartos de final, otra vez contra Argentina, como en el mundial germano. Volvió Juárez a la alineación titular en lugar de Moreno, Chicharito ocupó el sitio del criticadísimo Franco y Adolfo Bofo Bautista sustituyó al Cuauh. El argentino-mexicano y Pablo Barrera entrarían posteriormente. Mientras tanto, Diego Maradona alineó a Sergio Romero; Martín Demichelis, Nicolas Burdisso, Gabriel Heinze y Nicolás Otamendi; Ángel Di María, Javier Mascherano y Maxi Rodríguez; Gonzalo Higuaín, Lionel Messi y Carlos Tévez. Juan Verón, Jonás Gutiérrez y Javier Pastore serían los cambios.
El encuentro, de acuerdo al resultado, tuvo muy poco que ver con el de cuatro años antes, aunque el cuadro azteca mereció más. Si bien al inicio los mexicanos metieron en problemas a los pamperos, luego de que Salcido estrellara un balón en el travesaño y un disparo de Guardado lamiera el palo derecho del marco contrario, una serie de errores propios y arbitrales dio rumbo al resultado. A los 26’, Tévez anotó a pase de Messi en claro fuera de lugar. El árbitro validó el gol pese a los reclamos.
Siete minutos después, desconcentrado, Osorio entregó inocentemente la pelota a Higuaín a la entrada del área grande; el delantero no perdonó y colocó el 2-0. Con esa desventaja, México se fue encima del rival, pero unas veces la mala puntería y otras la intervención de Romero evitaron que acortara el marcador. Por el contrario, a los 57’, Tévez tomó una pelota fuera del área grande y soltó un trallazo que se incrustó en un ángulo del marco azteca. Con tres goles de diferencia, los sudamericanos se dedicaron a administrar fuerzas, aunque una gran jugada de Chicharito logró el tanto de la honra. Fue todo. Por segunda vez consecutiva, Argentina fue una barrera infranqueable.
El campeón queda fuera
Los pamperos habían arrasado con sus rivales en la fase inicial. Integrados al Grupo B, derrotaron en fila a Nigeria (1-0), Corea del Sur (4-1) y Grecia (2-0), para terminar en primer lugar. El cuadro asiático, que venció 2-0 a los helenos y empató a dos tantos con los africanos, ocupó el segundo puesto. Los griegos se conformaron con una victoria de 2-1 ante los nigerianos.
El Grupo C reunió a Inglaterra y Estados Unidos, junto a Eslovenia y Argelia. El conjunto norteamericano dio la sorpresa al calificar en primer sitio, tras empatar con ingleses (0-0) y eslovenos (2-2) y derrotar a Argelia por la mínima diferencia. El cuadro británico fue segundo por diferencia de goles, pues igualó sin tantos con los africanos y venció 1-0 a Eslovenia, que a su vez se impuso a los argelinos por 1-0.
Alemania ganó el Grupo D con seis puntos, producto de golear 4-0 a Australia y de un apretado triunfo contra Ghana (1-0), aunque perdió con Serbia también por 1-0. Los ghaneses obtuvieron el otro pase con una victoria pírrica (1-0) sobre los serbios y un empate con los australianos, que se quedaron en la orilla por diferencia de goles, pese a que derrotaron 2-1 a Serbia.
En el Grupo E, Países Bajos hizo nueve puntos con sus triunfos sobre Dinamarca (2-0), Japón (1-0) y Camerún (2-1). El otro boleto se lo adjudicó el cuadro oriental al imponerse 2-1 al cuadro africano y 3-1 al danés, que solo pudo ganar a los cameruneses 2-1.
El campeón vigente, Italia, no ganó ningún juego en el Grupo F, terminó último lugar y fue eliminado, luego de sendos empates a un gol con Paraguay y Nueva Zelanda, más una derrota de 3-2 ante Eslovaquia. Los sudamericanos ganaron el grupo, ya que empataron sin goles con los kiwis y vencieron 2-0 a los eslovacos, quienes por su lado habían igualado 1-1 con los neozelandeses y poder alcanzar el segundo puesto.
Brasil no tuvo demasiados problemas para ganar el Grupo G, pues se impuso 2-1 a Corea del Norte, 3-1 a Costa de Marfil y empató sin tantos con su antigua metrópoli, Portugal. Los lusitanos también avanzaron, ayudados por una paliza de 7-0 sobre los coreanos y un empate a cero con los marfileños, que también golearon a los asiáticos 3-0, lo que de todos modos les fue insuficiente para calificar.
Finalmente, España y Chile avanzaron en el Grupo H, empatados en seis puntos. Aunque los ibéricos iniciaron perdiendo 2-1 con Suiza, se repusieron y posteriormente derrotaron 2-0 a Honduras y 2-1 a Chile. Los andinos, a su vez, también vencieron, aunque por la mínima diferencia, a catrachos y helvéticos, los cuales sumaron un punto al igualar entre sí sin anotaciones.
Uruguay vuelve por sus fueros
Los cinco equipos sudamericanos lograron avanzar a octavos de final, por lo que se esperaba que esta vez disputaran el predominio a los europeos que, con excepción de Holanda, no habían mostrado condiciones que los situaran entre los grandes favoritos. Ya vimos que Argentina pasó a cuartos de final con su victoria sobre México. Ahora repasaremos el resto de los partidos.
En el estadio Nelson Mandela Bay, de Porth Elizabeth, Uruguay venció con muchos apuros a los veloces coreanos del sur, que se ganaron los aplausos por su esfuerzo. Estados Unidos, que había hecho un gran papel en la fase de grupos, volvió a caer con Ghana, como ocurrió en el mundial anterior, aunque esta vez por 2-1, en Rustenburg. Por otro lado, en el Ellis Park de Johannesburgo, Brasil dio cuenta de Chile por 3-0 y confirmó su condición de candidato al título.
El juego más esperado de esta fase no defraudó a nadie. Lo protagonizaron Alemania e Inglaterra, en el Free State de Bloemfontein y no estuvo exento de polémica. Los germanos se adelantaron con dos goles de sus “polacos”, Klose y Podolski, a los 20’ y 32’, pero los británicos lograron acortar distancia por medio de Upson a los 37’. Llegó entonces la jugada más discutida del torneo: Frank Lampard hizo un disparo desde la entrada del área grande, el balón pegó en el travesaño y rebotó en el pasto claramente dentro de la portería de Neuer, pero el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no concedió el tanto, en lo que muchos consideraron un karma por el “gol fantasma” con que Inglaterra adelantó a los teutones en la final de 1966. El caso es que, visiblemente afectados por esa decisión, que pudo significar el 2-2, los ingleses sufrieron un bajón anímico que fue aprovechado por Müller para hacer dos anotaciones más y definir el 4-1 con que terminó el encuentro.
En el estadio Moses Mabhida de Durban, Países Bajos frenó apuradamente a la sorprendente Eslovaquia por 2-1, mientras que en el Lotus Versfeld de la capital, Pretoria, Paraguay y Japón igualaron sin goles y tuvieron que ir a los pénaltis para definir el pase, que finalmente lograron los sudamericanos. Por último, en el Green Point, Ciudad del Cabo, el duelo ibérico entre España y Portugal fue ganado por los primeros por la mínima diferencia.
Si en Alemania 2006 Francia fue el conjunto que derrotó a Brasil en cuartos de final, esta vez correspondió a los Países Bajos hacer lo propio, en Puerto Elizabeth. Con dos goles del gran mediocampista Sneijder, el cuadro naranja dio la vuelta a un partido que perdían desde el minuto 10 con tanto de Robinho, dando fin a las ilusiones amazónicas. Peor le fue a Argentina en Ciudad del Cabo: Alemania exhibió las carencias de los sudamericanos y los masacró con un 4-0 indiscutible, un amargo final al periodo de Maradona como técnico pampero. España corrió con fortuna frente a un errático Paraguay en el Ellis Park de Johannesburgo, pero al final su futbol de toque a ras de cancha le dio resultado y ganó a los guaraníes por 1-0.
Finalmente, el Soccer City de la misma ciudad atestiguó otro partido memorable, entre Uruguay y Ghana. El juego, de ida y vuelta, tuvo numerosas acciones de peligro por parte de ambos equipos. Al finalizar la primera parte, un tiro de larga distancia de Muntari puso a los africanos en ventaja. No obstante, a los 55’, Forlán cobró un tiro libre e incrustó el balón en un ángulo de la portería rival para el 1-1 con que terminó el tiempo regular.
Durante la prórroga, los charrúas acusaron el cansancio y los ghaneses se fueron encima, sin poder anotar, hasta que el último minuto un centro obligó a Muslera, portero uruguayo, a dejar su arco para despejar el balón, que se elevó y al caer fue rematado por Dominic Adiyiah, donde Luis Suárez despejó… con los puños. El silbante marcó penal y expulsó al delantero. Cuando todo mundo esperaba la eliminación de los celestes, Asamoa Gyan estrelló el balón en el travesaño. Coincidencias del futbol: se repetía la jugada que en 1978 protagonizó Kempes y permitió a Argentina superar a Polonia, aunque en aquel torneo no se mostró tarjeta roja a Mario (aún no se creaba esa regla) y el tiro de Deyna no fue al larguero, sino que lo detuvo Fillol.
Con el marcador igualado a un tanto, se pasó a la serie de pénaltis. Los africanos fallaron dos disparos de los cuatro primeros, mientras que los celestes, motivados por el salvamento de último minuto, solo erraron uno y avanzaron a semifinales con un soberbio cobro “a lo Panenka” de Sebastián Loco Abreu. Uruguay volvía así a los primeros planos luego de transcurridos 40 años, desde México 70, en los que incluso había quedado fuera de varios mundiales.
El tiki-taka encumbra a España
Países Bajos y Uruguay dieron otra gran exhibición en el Green Point de Ciudad del Cabo. El resultado, 3-2 favorable a los tulipanes, refleja la intensidad del encuentro, que puso al conjunto naranja en su tercera final. En el otro duelo, España reafirmó su condición de favorita imponiéndose a los alemanes por 1-0. El cuadro ibérico, que había ganado la Eurocopa de 2008, formó su selección con base en el Barcelona, indiscutiblemente el mejor equipo del mundo en esos momentos, y asimilado el estilo de juego del cuadro catalán, un continuo toque de balón, bautizado como tiki-taka, en el que destacaba el fulgor de dos estrellas: Xavi Hernández y Andrés Iniesta, aunque fue un defensor, Carles Puyol, el héroe en Durban ante los teutones, con un sólido gol de cabeza.
El duelo por el tercer lugar revivió el encuentro de México 1970. Alemanes y uruguayos disputaron cada balón y cada palmo de terreno, e igual que cuatro décadas atrás, la victoria fue para los europeos, en esta ocasión por 3 a 2. El segundo tanto charrúa, una volea de Diego Forlán al filo del área grande, fue considerado el mejor del campeonato.
La final se llevó a cabo en el Soccer City de Johannesburgo, entre españoles y holandeses. Los ibéricos controlaron la pelota e intentaron, una y otra vez, penetrar la sólida defensa neerlandesa, mientras los tulipanes lanzaban contragolpes peligrosísimos, al menos uno de los cuales estuvo a punto de convertirse en gol, en un mano a mano de Arjen Robben e Iker Casillas, que el arquero hispano salvó milagrosamente con un pie. El árbitro inglés, Howard Webb, que tuvo una actuación desastrosa, perdonó una expulsión a Nigel de Jong, quien le marcó los tacos en las costillas a Pedro, y otra a Puyol por falta sobre Robben en el segundo lapso.
De cualquier modo, el marcador no se movió en los 90 minutos reglamentarios. Durante la prórroga, los tulipanes abusaron del juego brusco, lo que motivó una tarjeta roja para John Heitinga en el segundo tiempo extra. Poco después, a cuatro minutos del final, Iniesta recibió una pelota por la derecha del área, controló y fusiló a Maarten Stekelenburg, decretando el 1-0 con que finalizó el encuentro. La antes llamada “furia roja” llegaba a lo más alto de la mano de Vicente del Bosque y se unía al selecto grupo de campeones del mundo.
Tomas Müller (Alemania), David Villa (España), Wesley Sneijder (Países Bajos) y Diego Forlán (Uruguay) encabezaron la lista de goleadores, con cinco tantos cada uno, pero la Bota de Oro se otorgó al delantero germano al considerar las asistencias para gol y el menor tiempo de minutos jugados. El promedio de anotaciones por partido disminuyó en relación al torneo anterior y las críticas por los malos arbitrajes alcanzaron niveles de escándalo, lo que motivó a que se contemplara la posibilidad de apoyo tecnológico en el futuro para resolver jugadas polémicas.
Durante el torneo, un pulpo llamado Paul se convirtió en una sensación, al haber pronosticado acertadamente varios resultados. Se le presentaban dos contenedores idénticos con comida: uno de ellos estaba marcado con la bandera del cuadro germano y el otro con la del equipo oponente. El molusco, habitante del Sea Life Centre en Oberhausen (Alemania), escogió correctamente en los primeros seis partidos de los teutones y también en la final.
Benjamín Segoviano
Profesor de carrera, periodista de oficio y vagabundo irredento. Amante de la noche, la música, los libros, el futbol, la cerveza y el cine. Inclinado a escribir acerca de mi ciudad, mi país y su gente, con feliz disposición a la plática entre amigos y a los viajes por el territorio nacional, en un perenne intento de reflejar en escritos esas experiencias.