Benjamín Segoviano / Guanajuato, Gto.
Laura Galván no se cansa de ascender peldaños. Zancada tras zancada, consistentemente, demuestra en cada carrera las ganas de trascender, de llegar lejos. Y este jueves 16 de junio lo demostró sobradamente, al correr los cinco kilómetros por debajo de los 15 minutos, una meta largamente anhelada.
Oslo, la capital de Noruega, se convirtió en el escenario de la hazaña que pone a la Gacela entre las mejores atletas mexicanas de la historia, sino es que la mejor. Sus 14’51″15 dentro de la Liga Diamante la colocan ya entre la élite internacional del atletismo, pues además significa una nueva marca para Latinoamérica. Eso es mucho decir.
El año pasado, durante los Juegos Olímpicos de Tokio, Laura Esther Galván quedó a seis décimas de ser la primera mexicana en correr por debajo de 15 minutos en la distancia. Con todo, impuso en ese momento récord nacional, al romper la marca que poseía Adriana Fernández desde el año 2003. Sin embargo, ese esfuerzo no bastó para superar la tremenda potencia de las competidoras africanas.
Consciente entonces de que es necesario el constante fogueo con las mejores, la siempre sonriente atleta guanajuatense ha emprendido una gira por el mundo en la que, cada vez, da un paso adelante. Si en la competencia olímpica se colocó en lugar 27, hoy se sitúa entre las 12 mejores del planeta.
Poseedora también del récord mexicano en los 1 500 metros, Galván tiene la mira puesta en el mayor reto de este año: el Mundial de Atletismo, a celebrarse del 15 al 24 de julio en Oregon, Estados Unidos. Allí se verá las caras nuevamente con las keniatas, que este jueves arrasaron con los primeros siete lugares de la carrera.
No importa. Laura ha demostrado que sabe aprender. Y queda tiempo para la meta mayor: París 2024. De cualquier modo, pase lo que pase, la Gacela es un creciente orgullo no solo para La Sauceda, su pueblo, sino para Guanajuato y para todo México. Enhorabuena.

Benjamín Segoviano.
Profesor de carrera, periodista de oficio y vagabundo irredento. Amante de la noche, la música, los libros, el futbol, la cerveza y el cine. Inclinado a escribir acerca de mi ciudad, mi país y su gente, con feliz disposición a la plática entre amigos y a los viajes por el territorio nacional, en un perenne intento de reflejar en escritos esas experiencias.