Redacción / Detroit, EE.UU.
Sixto Rodríguez, el rockero que llegó a ser comparado con Elvis Presley y los Rolling Stones, murió a los 81 años, según confirmó el sitio oficial del cantante estadounidense de origen mexicano.
“Expresamos nuestras más sentidas condolencias a sus hijas -Sandra, Eva y Regan- y a toda su familia. Rodríguez cumplió 81 años. Que su querida alma descanse en paz”, decía el comunicado.
La causa de la muerte del músico, protagonista del documental “Searching for Sugar Man”, no fue anunciada.
A Sixto la fama lo abrazó a destiempo. Nacido en Detroit en 1942 y de padres mexicanos migrantes oriundos de San Luis Potosí, el músico permaneció en el olvido por décadas, realizando tareas de construcción para sobrevivir y muy lejos de la fama propia de un rocanrolero.
Se crio en la populosa ciudad industrial de Detroit, cuna de luchas sindicales y de la mezcla racial. Fue allí que empezó el desarrollo musical del rockero.
Eso se veía en su música, con temas de carácter social, letras poéticas y tonadas pegajosas que hacían pensar que sería el nuevo Bob Dylan.
“Yo reflejaba lo que pasaba en Detroit en los 60 y 70. El aspecto social es lo que me gusta. Uso la canción protesta como un género dentro de la música folclórica como un vehículo para expresar lo que veo”, dijo en una entrevista con BBC Mundo en 2012, cuando el documental sobre su historia ya estaba nominado al Oscar, premio que ganó al siguiente año.
Aunque uno de sus discos se recuerda en el documental “Searching for Sugar Man”, vendió solo seis copias en Estados Unidos. Sin embargo, Sixto Rodríguez dejó una huella que pocos han logrado: ser un símbolo en tierra ajena y encabezar el sonido de la resistencia, en este caso en contra del apartheid en Sudáfrica.
Fue con su canción “Sugar Man” que llegó a los oídos de los sudafricanos que en la década de los 70 y los 80 lucharon en contra de la segregación. En el país africano, el mexicano era más famoso que Elvis Presley y su música fue incluso censurada en las radios locales por sus implicaciones políticas.
Sus discos —según el documental— eran distribuidos en tiendas clandestinas y se hacían pocas copias que se escuchaban en las reuniones y manifestaciones en contra del apartheid.

Durante más de dos décadas, alrededor de Rodríguez se construyeron todo tipo de leyendas: que se había suicidado, que se había inmolado en público o que había tenido una sobredosis; sin embargo, al otro lado del mundo, en Estados Unidos, vivía modestamente, trabajaba como obrero y su estilo de vida distaba mucho del sueño americano.
Fue hasta entrada la década de 1990, después de la caída del apartheid en Sudáfrica, que dos productores de dicho país lograron encontrar a Rodríguez, quien se enteró su fama décadas después y en 1998 viajó a Sudáfrica para dar su primer concierto.
En 2012 se publicó el documental “Searching for Sugar Man”, dirigido por Malik Bendjelloul, que ganó un Oscar en 2013, en donde se cuenta la historia del mexicano, su inexplicable poco éxito en Estados Unidos y lo histórico que resultó ser en Sudáfrica y Australia.
El lanzamiento del filme hizo que la carrera del rockero disfrutara de otro resurgimiento, por lo que comenzó a hacer giras y grabaciones una vez más.
También hizo que sus primeros álbumes, “Cold Fact” y “Coming From Reality”, tuvieran éxito en todo el mundo cuatro décadas después de su lanzamiento.
Tocó en festivales como Coachella, en EE.UU., y Glastonbury, en Reino Unido.
“Debo decir que soy un tipo con mucha suerte, voy a todos estos lugares y veo la dimensión de todo esto. Realmente ha sido un honor y un placer para mí”, expresó luego del éxito del documental.
“[Mi historia] es solo una historia típica de la pobreza a la riqueza. Mejor así que la riqueza a la pobreza”, dijo Rodríguez en entrevista con The Guardian en 2013.
Simon Chinn, quien produjo “Searching For Sugar Man”, dijo este miércoles que la muerte de Rodríguez era “una noticia muy triste”.
“Era una verdadera leyenda, y fue un honor conocerlo”, afirmó. “Qué privilegio poder compartir su increíble historia con el mundo. RIP Rodríguez: tu música vivirá para siempre”.