Redacción / Kiev, Ucrania
La mayor parte del mundo se unió el miércoles en la ONU contra Moscú para demandar que se retire de Ucrania, al tiempo que las fuerzas invasoras rusas reanudaban sus bombardeos contra la segunda mayor ciudad del país, amenazaban su capital y asediaban sus puertos estratégicos.
Rusia reportó bajas militares por primera vez desde el inicio de la invasión la semana pasada, diciendo que casi 500 de sus soldados habían muerto y que casi 1.600 fueron heridos. Ucrania no reveló de momento las suyas, pero dijo que más de 2.000 civiles han muerto, una afirmación que no pudo ser verificada de forma independiente.
Enviados de Ucrania y Rusia se iban a reunir el jueves en Bielorrusia para una segunda ronda de conversaciones dirigidas a poner fin a los combates, pero parecía haber pocas posiciones comunes entre las dos partes.
Siete días después de iniciada la guerra, la agencia de refugiados de la ONU dijo que más de 870.000 personas habían huido de Ucrania en la que es una creciente crisis de refugiados en Europa, al tiempo que el jefe de la agencia nuclear dijo advirtió que los combates representan una amenaza para los 15 reactores nucleares en Ucrania.
Rafael Grossi, del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dijo que la guerra es “la primera vez que ocurre un conflicto militar entre instalaciones de un programa nuclear grande establecido” y agregó que él está “extremamente preocupado”.
“Cuando existe un conflicto, existe por supuesto el riesgo de un impacto accidental”, afirmó. Rusia ya tomó el control de la planta nuclear desactivada de Chernóbil, donde en 1986 ocurrió peor desastre nuclear en la historia.
Cesar ofensiva pide la ONU
En Nueva York, la Asamblea General votó 141-5, con 35 abstenciones, para demandar que Rusia cese inmediatamente su ofensiva y retire a todos sus soldados de Ucrania, con todo tipo de gobiernos, desde potencias mundiales a islas diminutas, condenando a Moscú. Las resoluciones de la asamblea no son vinculantes, pero pueden reflejar e influir en la opinión mundial.
Además de la retirada militar rusa, el texto adoptado exige a ese país que ponga fin de inmediato al uso de la fuerza contra Ucrania y que revierta sin condiciones la decisión de reconocer la independencia de Donetsk y Luhansk.
Del mismo modo, estipula que Rusia debe abstenerse de recurrir a cualquier otra forma ilícita de amenaza o uso de la fuerza contra cualquier otro Estado Miembro.
Otra exigencia de la Asamblea es que todas las partes permitan el paso seguro e irrestricto a quienes busquen salir del país, que faciliten la entrada y distribución de asistencia humanitaria, que protejan a la población civil sin distinciones de ningún tipo, y que respeten los derechos humanos.
La votación se produjo luego de que la Asamblea de 193 miembros convocó a su primera sesión de emergencia desde 1997. Los únicos países que votaron con Rusia fueron Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea. Cuba habló en defensa de Moscú, pero al final se abstuvo.
El embajador ucraniano en la ONU Sergiy Kyslytsya dijo que las tropas rusas “han venido al suelo ucraniano, no solamente a matar a algunos de nosotros… han venido a privar a Ucrania de su derecho a existir”. Añadió: “Los crímenes son tan bárbaros que es algo difícil de entender”.
El campo de batalla
Una fuerte explosión sacudió el centro de Kiev el miércoles por la noche en lo que la oficina del presidente dijo que fue un ataque con misiles cerca de la estación de tren del sur de la capital. No hubo de momento noticias sobre muertes o lesiones. Miles de ucranianos han estado huyendo de la ciudad a través del extenso complejo ferroviario.
Rusia también atacó el miércoles Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, con unos 1,5 millones de habitantes, en otra ronda de bombardeos aéreos que dañaron edificios e iluminaron el cielo con bolas de fuego. Al menos 21 personas murieron y 112 fueron heridas en el último día, informó Oleg Sinehubov, jefe de la administración regional de Járkiv.
Varios aviones rusos fueron derribados sobre Járkiv, según Oleksiy Arestovich, un importante asesor del presidente ucraniano Volodymir Zelenskyy.
“Járkiv es ahora el Stalingrado del siglo XXI”, añadió Arestovich, invocando el que es considerado uno de los episodios más heroicos en la historia rusa, la defensa de seis meses de la ciudad del asedio nazi durante la II Guerra Mundial.
Desde su búnker en un sótano, el alcalde de Járkiv, Igor Terekhov, dijo a la BBC: “La ciudad está unida y nos mantendremos firmes”.
Los ataques rusos, muchos con misiles, volaron el techo del edificio de la policía regional de cinco pisos de Járkiv e incendiaron el piso superior, y también dañaron la sede de los servicios de inteligencia y un edificio universitario, según funcionarios y videos y fotos publicados por el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania. Las autoridades dijeron que los edificios residenciales también fueron atacados, pero no dieron detalles.
(Con información de AP, ONU)
jueves, noviembre 21, 2024
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