Redacción / Washington, EE.UU.
Estados Unidos confirmó este viernes que enviará a Ucrania bombas de racimo, cuyo uso está prohibido en gran parte del mundo, a pesar de las críticas de Alemania, Austria y organizaciones como Human Rights Watch (HWR), a las que les preocupa el impacto de este armamento sobre los civiles.
Estados Unidos reconoce que el uso de este tipo de municiones supone riesgos para la población civil, razón por la cual retrasó la decisión de entregarlas. Al mismo tiempo, la Casa Blanca aseguró que Kiev utilizará las municiones de racimo en su territorio, minimizando los riesgos para la propia población ucraniana.
“Reconocemos que las municiones en racimo crean el riesgo de daños a civiles debido a las que quedan sin detonar. Es por eso que aplazamos la decisión todo lo que pudimos”, afirmó el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en una conferencia de prensa.
En sus palabras, la entrega de bombas de racimo a Ucrania fue “una decisión difícil”, pero el equipo de Seguridad Nacional de Estados Unidos lo recomendó por unanimidad. Agregó que las bombas racimo que Washington le entregaría a Kiev tienen tasas de fallo inferiores al 2,5%.
El presidente Joe Biden “lo aprobó (…) tras una recomendación unánime”, declaró Sullivan, quien añadió que es “lo correcto”.
Asimismo, dijo que los ucranianos dieron garantías “por escrito” sobre el uso que harían de estas armas para minimizar “los riesgos que suponen para la población civil”.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó en declaraciones a CNN que entregar este tipo de municiones a Kiev fue una “decisión difícil” basada en las recomendaciones del Pentágono.
El mandatario explicó que los ucranianos están “agotando sus municiones”, mientras que las reservas de proyectiles de 155 mm en EE.UU. son bajas. Por lo tanto, Washington proveerá sus municiones de racimo, compatibles con este calibre, durante un “periodo de transición”, es decir hasta que el país norteamericano “logre producir más proyectiles de 155 mm para los ucranianos”, indicó.
El subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos de EE.UU., Colin Kahl, precisó en una rueda de prensa que su país dispone de centenares de miles de municiones de racimo, pero no se revelarán las cantidades que se entregarán a Ucrania.
El representante del Pentágono anunció un nuevo paquete de asistencia militar a Kiev, valorado en 800 millones de dólares, que incluye este tipo de municiones.
En concreto, se suministrarán 32 vehículos de combate de infantería Bradley, 32 transportes blindados Stryker, municiones adicionales para los sistemas HIMARS y Patriot, misiles interceptores AIM-7, misiles antitanque Javelin, misiles antiaéreos Stinger, 31 obuses de 155 mm, proyectiles de calibre de 105 mm y 155 mm, municiones convencionales mejoradas de doble propósito (DPICM, que son las mencionadas municiones de racimo), equipos de desminado, piezas de recambio, armas ligeras, 28 millones de cartuchos y vehículos tácticos multipropósito.
Poco antes, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, reiteró su rechazo al uso de bombas de racimo en el campo de batalla, incluso en el conflicto de Ucrania, informó el portavoz institucional Farhan Haq.
“El secretario general apoya la Convención sobre Municiones en Racimo, que como saben, fue adoptada hace 15 años. Quiere que los países cumplan con los términos de esa convención. Y como resultado, por supuesto, no quiere que continúe el uso de municiones en racimo en el campo de batalla”, afirmó Haq en rueda de prensa.
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, subrayó que la transferencia de ese armamento a Kiev por parte de Washington sería un paso más hacia la escalada del conflicto.
¿QUÉ SON?
Las bombas de racimo son un método de dispersión de un gran número de minúsculas bombas procedentes de un cohete, misil o proyectil de artillería que las dispersa en pleno vuelo sobre una amplia zona.
Están concebidas para explotar en el momento del impacto, pero una proporción significativa de ellas son “inútiles”. No explotan inicialmente, sobre todo si caen sobre suelo húmedo o blando.
Pueden explotar después al ser recogidas o pisadas, matando o mutilando a la víctima.
Desde un punto de vista militar, pueden ser terriblemente eficaces cuando se utilizan contra tropas terrestres atrincheradas en posiciones fortificadas, lo que hace que grandes zonas resultan demasiado peligrosas para moverse por ellas.
Más de 100 países han firmado un tratado internacional -la Convención sobre Municiones en Racimo- que prohíbe el uso o almacenamiento de estas armas debido a su efecto indiscriminado sobre la población civil.
Los niños son propensos a sufrir lesiones, ya que las pequeñas bombas pueden parecerse a un pequeño juguete abandonado en una zona residencial o agrícola y a menudo se recogen por curiosidad.
Oposición de Alemania y Austria
Los gobiernos de Alemania y Austria manifestaron este viernes su rechazo al envío de municiones de racimo a Ucrania por parte de EE.UU.
El ministro de Defensa del país germano, Boris Pistorius, declaró que suministrar bombas de racimo a Kiev “no es una opción” para Berlín, que firmó en 2008 un tratado que prohíbe su uso debido al peligro que suponen para la población civil. “En cuanto a los países que no han firmado la convención, China, Rusia, Ucrania y EE.UU., no me corresponde a mí comentar sobre sus acciones”, agregó.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Alexander Schallenberg, afirmó que su país es uno de los que están “a la vanguardia del desarme”, al tiempo que subrayó que las municiones en cuestión “están prohibidas internacionalmente” y que su funcionamiento podría compararse con el de las minas terrestres. Destacó que pueden permanecer en el suelo “durante años” y “causar enormes daños a los civiles mucho tiempo después del fin del conflicto”, tal y como “lo hemos visto en Oriente Medio”.
Riesgo para civiles
Entretanto, desde la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) se pronunció en contra de la entrega de este armamento por parte del gobierno de Joe Biden, alegando el riesgo que entraña para la población civil.
Desde HRW también señalaron que tanto Rusia como Ucrania han usado bombas de racimo a lo largo del conflicto. En particular, denunciaron que ataques de Kiev con el empleo de estas municiones causaron “muchas víctimas entre civiles ucranianos” durante los bombardeos de la ciudad de Izium (provincia de Járkov), cuando la urbe estaba bajo control de las fuerzas rusas en 2022.]
Más de 100 países, entre ellos miembros de la OTAN como Francia y Alemania, se oponen al uso de bombas de racimo y ratificaron la Convención sobre Municiones en Racimo, que entró en vigor en 2010 y de la que no forman parte Ucrania, Rusia y Estados Unidos.
(Con información de AFP, AP, EFE)