Redacción / Cabo Cañaveral, EE.UU.
La cápsula Orión, de la misión no tripulada Artemisa 1 de la NASA, llegó el lunes a los alrededores de la Luna y voló sobre su lado oscuro para aproximarse a la superficie lunar mientras se prepara para colocarse en una órbita sin precedentes con maniquíes de prueba en lugar de astronautas.
El acercamiento cercano a 130 kilómetros de la superficie lunar ocurrió cuando la cápsula de la tripulación y sus tres maniquíes sobrevolaban el lado más alejado de la luna. Debido a un apagón de comunicación de media hora, los controladores de vuelo en Houston no sabían si el encendido del motor había salido bien hasta que la cápsula emergió de detrás de la Luna, a una distancia de 370.000 kilómetros de la Tierra. Las cámaras de la cápsula enviaron finalmente una imagen del mundo: una pequeña esfera azul rodeada de oscuridad.
Ese “punto azul”
“Nuestro punto azul y sus 8.000 millones de habitantes ahora están a la vista”, dijo Sandra Jones, del equipo de controladores de la NASA. La cápsula aceleró mucho más allá de los 8.000 kilómetros por hora cuando recuperó el contacto por radio, dijo la agencia aeroespacial.
Las imágenes de la enorme Luna y de nuestro planeta azul a más de 370.000 kilómetros de distancia asombraron a los trabajadores en el Centro Espacial Johnson de Houston, donde se ubica el Control de Misión, según el director de vuelo Judd Frieling. Incluso los mismos controladores de vuelo quedaron “sumamente impactados”.
“Todos sonreían”, dijo el director del programa Orión, Howard Hu.
Menos de una hora después, Orión se elevó sobre la Base Tranquilidad, donde aterrizaron Neil Armstrong y Buzz Aldrin el 20 de julio de 1969. “Este es uno de esos días de los que has estado pensando y hablando durante mucho, mucho tiempo”, dijo el director de vuelo Zeb Scoville.
La cápsula Orión necesitaba de asistencia gravitatoria para alcanzar velocidad suficiente para ingresar a la asimétrica órbita lunar.
Los controladores de vuelo evaluaron los datos que regresaban para determinar si el encendido del motor había salido según lo planeado. Otro impulso colocará la cápsula en esa órbita alargada el viernes próximo.
Récords
El próximo fin de semana, Orión romperá el récord de distancia de la NASA para una nave espacial diseñada para astronautas. La actual marca es de casi 400 000 kilómetros de la Tierra, establecida por el Apolo 13 en 1970. Y seguirá adelante, alcanzando una distancia máxima de la Tierra el próximo lunes a casi 433.000 kilómetros. La cápsula pasará cerca de una semana en órbita lunar, antes de regresar a la Tierra. Se planea un amerizaje en el Pacífico para el 11 de diciembre.
La cápsula Orión no tiene módulo de aterrizaje lunar; una maniobra así no llegará sino hasta que los astronautas de la NASA intenten un aterrizaje lunar en 2025, con una nave Starship de SpaceX. Antes de eso, una misión humana será transportada en la cápsula a Orion para dar una vuelta alrededor de la Luna 2024, en la misión tripulada Artemis 2.
El administrador de misión, Mike Sarafin, se mostró encantado con el progreso de la misión, calificándola con “un 10 cautelosamente optimista” hasta ahora.
El cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial — el más potente que haya construido la NASA — superó las expectativas en su presentación, dijo Sarafin a la prensa. Añadió que los equipos están lidiando con dos problemas que requieren soluciones alternativas: uno con los rastreadores de navegación estelar y otro en el sistema de propulsión.
Sin embargo, el cohete de 98 metros causó más daños de lo previsto en la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy. La fuerza de 4 millones de kilogramos de empuje de despegue fue tal que desprendió las puertas del elevador, que quedó inservible.
Sarafin dijo que los daños en la plataforma se repararán con tiempo de sobra antes del próximo lanzamiento.
La Agencia Espacial Europea (ESA) también está monitoreando cuidadosamente la nave espacial. Ha construido el módulo de servicio que proporciona la potencia y la propulsión para la cápsula Orión.
La ESA también tiene un pasajero a bordo: Shaun the Sheep, el personaje animado británico de stop-motion. Shaun está con el cinturón de seguridad abrochado para el viaje. La mascota de la NASA es Snoopy, que flota libre en la cabina de la cápsula de la tripulación.
(Con información de AP, NASA)