AP / Los Ángeles, EE.UU.
Mantenerse libre de errores costosos. Ese es el mantra que tanto los Bengals de Cincinnati como los Rams de Los Ángeles deben adoptar antes del Súper Bowl de este domingo.
Limitar los balones perdidos y las costosas penalizaciones. No desperdiciar los tiempos fuera, especialmente en la segunda mitad.
Privilegiar el juego duro por encima del juego atractivo. Ser eficaz, más que espectacular.
Lo que necesita es voltear hacia atrás para ver la última ocasión que Los Ángeles albergó el Súper Bowl hace casi tres décadas. Ese partido en el Rose Bowl fue una risible paliza en que los Bills de Búfalo no se cansaron de entregarles el balón a los Cowboys de Dallas.
“Sólo hay que salir e imponer nuestra voluntad, jugar duro y dejar las piezas caer en donde necesitan caer”, recalcó el esquinero de los Bengals, Eli Apple.
Lo mismo piensa el esquinero de Los Rams, Jalen Ramsey: “Hacer lo nuestro y hacerlo lo mejor posible. Así se gana en el futbol americano”.
Desde luego, éste es el Súper Bowl, el evento deportivo más grande de Estados Unidos. Tal vez es de hecho el mayor evento del país en cualquier ámbito.
Es un espectáculo. Genera muchas expectativas con una semana en que opera a tope la maquinaria publicitaria de la liga, de los equipos, de la ciudad sede y de la cadena televisiva que transmite el encuentro.
Pero al final, esto es un partido de futbol americano. Y en la mayoría de estos encuentros, el ganador es el equipo que comete menos errores.
Los Rams son favoritos por cuatro puntos, de acuerdo con FanDuel Sportsbook. Sin embargo, no estarían siquiera en este Súper Bowl albergado por su nuevo SoFi Stadium de 5.000 millones de dólares si Jaquiski Tartt, safety de los 49ers de San Francisco, no hubiera soltado lo que parecía una intercepción segura en las postrimerías de la final de la Conferencia Nacional.
A los Rams les ha dado resultado traer al mariscal de campo veterano Matthew Stafford por unas selecciones de draft, así como por el joven mariscal de campo Jared Goff, que fue parte del equipo que perdió el Súper Bowl el 2019, durante el que pasó penurias.
Las 49.995 yardas por aire y los 323 pases de touchdown de Stafford son la mayor cantidad para un mariscal de campo que disputará su primer Súper Bowl. Necesita sólo 209 yardas por aire para convertirse en el sexo jugador que llega a 6.000 en una campaña.
Pero también arriesgó el balón por momentos. Tiene que limitar eso el domingo.
“Salimos a buscarlo debido a que pensamos que tenemos la oportunidad de obtener un gran jugador de su calibre”, recalcó el entrenador de los Rams, Sean McVay sobre Stafford, que pasó 12 temporadas jugando bien con un Detroit que simplemente no ganaba. “Lo que ha hecho es elevar a todos los que lo rodean. Me ha hecho un mejor entrenador. Ha hecho mejores a sus compañeros”.
Ocurre lo mismo del otro lado con Joe Burrow. Como Stafford, Burrow fue la primera selección del draft. Su temporada de novato estuvo limitada tras lesionarse una rodilla después de 10 partidos, pero en su segundo año ha destacado tanto que The Associated Press le otorgó el premio al Mejor Regreso de la NFL. Su más reciente actuación fue increíble y prácticamente sin errores.
Burrow pasó de ser la primera selección del draft al quarterback titular en un Súper Bowl más rápido que nadie.
Tan difícil como parece —y realmente es complicado— se debe tratar al Súper Bowl como dicen los jugadores: como cualquier otro partido. Hay mucha verdad en eso.
“Tienes la labor de salir y ejecutar e intentar liderar al equipo”, reconoció Stafford. “El partido comienza y esto es futbol americano, para eso estamos”.
Veteranos vs ascendentes
Hay una gran brecha que separa a los planteles.
Los Rams son un conjunto repleto de veteranos y los Bengals son los juveniles. Los Ángeles cuenta con las estrellas. Salvo Joe Burrow y Ja’Marr Chase, Cincinnati no tiene jugadores de mucho renombre.
El entrenador de los Bengals, Zac Taylor, trabajó bajo la dirección estratégica de los Rams, Sean McVay, aunque Taylor le saca dos años más de edad.
Ambos equipos quedaron como cuartos preclasificados tras ganar sus divisiones, así que hay algunas similitudes.
Quizás sean las diferencias las que acaben marcando, pues, la diferencia este domingo en el SoFi Stadium, que de paso es la nueva casa de los Rams.
Cuando los Bengals tengan el balón: Burrow y Chase forman el dúo dinámico de Cincinnati. Ambos jugaron en LSU como universitarios y nada cambió cuando Chase, quien se perdió la campaña de 2020 por la pandemia de Covid-19, fue tomado quinto en el draft de abril pasado. Su impacto ha sido enorme, con 13 anotaciones en 81 recepciones para 1.455 yardas en la temporada regular.
Desde luego, Burrow ha tenido un impacto similar. Tuvo foja de 2-7-1 en su año de novato, interrumpido por una lesión de rodilla. Su retorno fue sensacional, afirmándose como uno de los pasadores más certeros de la NFL. Acumuló 34 pases de touchdown y, en las tres victorias de los Bengals en los playoffs tras no conseguir ninguno desde 1991, Burrow ha completado 75 de 109 pases para 842 yardas y cuatro touchdowns, exhibiendo una tremenda facilidad para eludir a sus rivales.
La clave para que los Rams puedan neutralizarlos depende del trabajo del asedio de sus linebackers. Cincinnati permitió 51 derribos del quarterback, la mayor cantidad en la liga durante la temporada, y 12 más en la postemporada.
Tendrán que parar de alguna manera a Aaron Donald, Leonard Floyd y el revitalizado Von Miller, MVP del Súper Bowl de 2016. Si la línea ofensiva de los Bengals, con Jonah Williams, Isaiah Prince, Trey Hopkins y Quinton Spain, más la rotación de Hakeem Adeniji y el novato Jackson Carman, no responde, Burrow la pasará mal.
Si recibe la protección que le ha faltado con tanta frecuencia, el mano a mano entre Chase y el esquinero Jalen Ramsey podría ser épico. Pero Ramsey no estará siempre al acecho de Chase, quien puede filtrarse por cualquier ruta, y cuenta con formidables compañeros en los receptores Tyler Boyd y Tee Higgins.
En su séptima campaña profesional, el tight end CJ Uzomah ha emergido como una carta de pelgiro, pero se lastimó la rodilla la semana pasada y es duda.
El running back Joe Mixon, tercero en la liga con 1.205 yardas por tierra, puede desgastar las defensas, pero los Rams quedaron sextos contra el acarreo.
Cuando los Rams tengan el balón: Aparte de los canjes que incorporan a Miller y Ramsey en la defensiva, los Rams han reforzado ostensiblemente su ofensiva en años recientes. Se blindaron en el tacle izquierdo hace cinco campañas con Andrew Whitworth, vigente a sus 40 años.
Añadieron recientemente al quarterback Matthew Stafford, el running back Sony Michel y el receptor Odell Beckham Jr. Todos han contribuido, pero Stafford ha sido la pieza más importante.
Los Rams alcanzaron el Super Bowl de 2019 con Jared Goff, pero Stafford, en su 13ra temporada como profesional, está muy por encima. Después de languidecer con un mediocre equipo de Detroit por 12 años, ha sido el eje de los Rams esta campaña.
Nadie sabe responder mejor al ‘blitz’ que Stafford. Aunque puede lanzar pases imprudentes y perder el balón, también es capaz de asombrar con sus envíos.
Al igual que Burrow, dispone de uno de los mejores receptores de la liga, en Cooper Kupp. Los opuestos podrían poner a todos los 11 defensores para marcarle y de todas formas encontrar la forma de quedar libre. Su triple corona de pases recibidos le avala: 145 recepciones para 1.947 yardas y 16 touchdowns. Ha estado imparable en los playoffs, y este podría ser un emparajamiento desigual. Eli Apple, Chidobe Awuzie, Mike Hilton y Tre Flowers, los esquineros de los Bengals, tendrán las manos llenas.
Cincinnati está fuerte en la posición de seguridad con Vonn Bell, cuya intercepción de Patrick Mahomes dejó la mesa de servicio para el gol de campo que selló la victoria en la final de la AFC, y Jessie Bates III. El grupo también deberá tener los ojos abiertos para lidiar con Beckham, rejuvenecido en LA y Van Jefferson (12).
Michel y Cam Akers, quien se recuperó rápidamente de un desgarro del tendón de Aquiles, se repatirán tareas en el acarreo. Pero este es un equipo que apostó primero al pase, con piezas como Whitworth. El veterano de 16 temporadas tendrá que versela con Trey Hendrickson y el ala defensiva Sam Hubbard, notable ante los Chiefs.
Los Bengals carecen de un linebacker del nivel de Miller, pero Logan Wilson y Germaine Pratt han aportado jugadas importantes en la postemporada.
Equipos especiales: El jugador esencial es el novato Evan McPherson. Tomado en la quinta ronda del draft, McPherson ha asegurado todos sus 12 goles de campo, incluyendo cuatro en la ronda de comodines, además de anotaciones que sellaron triunfos en Tennessee y Kansas City.
Matt Gay de los Rams ha sido confiable y también ha aportado dos goles de campos seguidos que decretaron victorias en los playoffs.
Ninguno de los equipos asusta en las devoluciones de despejes.
Entrenadores: Muy interesante.
Taylor pasó dos años bajo las órdenes de McVay y no alcanzó el estatus de coordinador hasta que los Bengals le llamaron en 2019. Redondeó marca de 6-25-1 en sus primeras dos temporadas, pero los Bengals eran un equipo en reconstrucción. Su trabajo las últimas seis semanas ha sido ejemplar.
McVay es un modelo precocidad como estratega, con 36 años. Es uno de los genios de táctica ofensiva. Su gestión de las jugadas ha sido cuestionada, pero la realidad es que ha acudido a los playoffs en cuatro de cinco temporadas, y perdió un Super Bowl hace tres años.
Hay dos asistentes que merecen elogios. El coordinador defensivo de los Bengals Lou Anarumo, quien ha hecho de más sin grandes figuras, salvo Hendrickson. Y el coordinador ofensivo de los Rams Kevin O’Connell, quien como Anarumo ha sido considerado para llenar vacantes de entrenador en jefe.
Otros factores: Los Rams fueron armados para ganar ahora. Han puesto toda la carne en el asador esta temporada, utilizandodo sus fichas del draft y gastando mucho dinero en fichajes. También tienen presente su mediocre actuación ante Nueva Inglaterra en el Súper Bowl de 2019.
Para la gente que cree que los sorprendentes Bengals deben darse cuenta por satisfechos por sólo estar aquí, vale la pena recordar que tienen marca de 0-2 en el Super Bowl, cayendo siempre ante la procedencia de los 49ers, en sendos partidos que fueron reñidos. Tampoco habían ganado un juego de postemporada desde 1991.
¿Qué tienen para perder ahora?
sábado, mayo 18, 2024
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