Benjamín Segoviano
Enclavado en las estribaciones del enorme cerro del Gigante, en el municipio de Guanajuato, se encuentra Los Lorenzos, un poblado que se acomoda en las laderas que dan a dos ríos y que, al contrario de otras comunidades, sigue creciendo y trepa ya hacia las montañas que lo rodean.
Su población es numerosa, aunque gran parte de la fuerza de trabajo masculina va y viene de Estados Unidos, y gran parte de la femenina ha encontrado acomodo en las fábricas que alimentan el clúster automotriz en la cercana ciudad de Silao, por lo que, para bien o para mal, ha dejado atrás su antigua vocación agrícola.
Asimismo, la lucha por contar con una mejor calidad de vida ha estado presente desde hace muchas décadas. Incluso el machismo ha retrocedido, al grado de que se han elegido ya a dos delegadas, quienes han dejado clara muestra de su capacidad de trabajo con hechos que nada tienen que ver con el atraso que suele relacionarse con el medio rural.
Así, el pasado martes 25 de octubre, Los Lorenzos dio un paso más en su esfuerzo contra el atraso, al inaugurar su Centro Digital Comunitario en lo que fue la antigua escuela de la localidad, un inmueble construido con un pasillo adornado con arcos, que ahora ha sido rehabilitado para ofrecer el servicio de biblioteca, internet y centro educativo.
Con apoyo de la Presidencia Municipal, el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (Inaeba) y la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato (UVEG), el flamante espacio estará en condiciones de brindar apoyo en tareas de alfabetización y el estudio de diversas licenciaturas, mediante clases virtuales.

Trabajo en equipo
La realización del proyecto partió de la inquietud de un grupo de migrantes radicados en Estados Unidos, especialmente María Ramírez y Nemorio Ramírez, así como de la joven delegada, Beatriz Martínez, quienes conformaron un equipo de trabajo al que invitaron a otros habitantes de la comunidad, a fin de obtener el apoyo del municipio.
Pobladores y “norteños” colaboraron con aportaciones en efectivo. Además, otro miembro del equipo, Juan Antonio Macías, herrero de oficio, hizo puertas y protecciones sin cobrar más que el material. Los jóvenes integrantes de los equipos de futbol, femenino y masculino, contribuyeron pintando el interior y exterior del inmueble, y algunas damas se empeñaron en la limpieza no solo del edificio, sino de toda la plaza circundante. Tal anhelo se conjugó con un proyecto que ya había elaborado la Presidencia Municipal, a través de la Dirección de Cultura y Educación, para darle finalmente forma.
De ese modo, el alcalde Alejandro Navarro encabezó la inauguración, dentro de un evento en el que se ofreció un banquete a los funcionarios invitados, amenizado por el grupo “Los Nahuales del Rancho”, uno de varios conjuntos musicales con que cuenta el poblado.
Cierto que existen problemas: el alcohol y la droga son una tentación permanente para la población juvenil, la desintegración familiar es creciente y persiste un cierto grado de marginación, pero el dinamismo que muestra la delegada Beatriz es la imagen de un compromiso con un futuro más promisorio.
La comunidad que ha logrado, a lo largo de los años, tener jardín de niños, escuela primaria, telesecundaria, SABES, cancha de usos múltiples y clínica; que cuenta con servicios que van desde tiendas de abarrotes hasta vehículo Uber, pasando por papelería, taller automotriz, restaurante de comida china y muchos más, avanza ahora en la trayectoria fundamental del conocimiento y la educación.

Benjamín Segoviano
Profesor de carrera, periodista de oficio y vagabundo irredento. Amante de la noche, la música, los libros, el futbol, la cerveza y el cine. Inclinado a escribir acerca de mi ciudad, mi país y su gente, con feliz disposición a la plática entre amigos y a los viajes por el territorio nacional, en un perenne intento de reflejar en escritos esas experiencias.