Alfonso Ochoa / Guanajuato, Gto.
El cierre de las minas que explotaba la minera Great Panther Silver, las famosas minas de Guanajuato que han enriquecido a sus dueños desde la época de la colonia, se espera que sea temporal, señala gente que trabajaba en ellas a través de contratistas; minas que aseguran será difícil que sean presa de los llamados ‘lupios’, de los ladrones de mineral, porque estos, se presume, están sometidos con apoyo de la misma delincuencia.
Las minas que pertenecían a la Cooperativa Minera Santa Fe de Guanajuato, en el 2005 fueron vendidas a la minera El Rosario, la que se asoció con la minera canadiense Great Panther Silver, como son las famosas minas de Rayas, Cata, La Valenciana y Mellado, así como minas de la zona de la comunidad de La Luz.
Como han informado medios locales, desde el fin del mes pasado la empresa canadiense decidió cerrar sus minas, al no otorgar la Comisión Nacional del Agua (Conagua) permiso para que se siguiera depositando jales, polvos finos que quedan al separar el oro y la plata del material que no tiene valor, en la presa de Jolula, la que se encuentra sobre el barrio de Cata.
Con ello pasaron al desempleo al menos 500 personas, que trabajaban en las minas que explota la minera canadiense, a través de outsourcing, contratistas; número que no se conoce de manera oficial, pues además esa forma de trabajo podría ser irregular, con las nuevas reformas aprobadas recientemente sobre dicho tema.
La presa de jales de Jolula es muy grande, tiene fácilmente una extensión de más de diez hectáreas y se pretendía construirle un nivel más, a pesar de que como se señala está sobre una zona urbana, lo que a ojo de una persona que no tenga conocimientos técnicos de lo que son las presas de jales, parece muy peligroso.
Incluso especialistas en la materia, como el ingeniero minero José Luis Valdés, han señalado que efectivamente la presa de Jolula es un peligro, además de que a las presas de jales se les debe de dar mantenimiento por varias décadas, una vez que las empresas dejan de depositar material en ellas.

Cabe señalar que en enero de 2019, en Brasil, se reventó la cortina de una presa de jales, lo que causó la muerte de más de 200 personas, y que en Guanajuato en la década de los años 80 del siglo pasado, hubo un derrame de jales en una presa que está ubicada en la zona de la comunidad de El Cedro, sin que se registrara personas muertas, pero sí provocó afectaciones a un importante número de viviendas.
Por eso extrañaba que autoridades federales, anteriores a la actual, continuaran dando permiso para que la presa de jales de Jolula siguiera su expansion, pues además actualmente hay métodos para explotar minas sin necesidad de depositar los desperdicios del beneficio del mineral, los jales, en sitios a cielo abierto. El ingeniero Tomás Hernández señala que métodos más avanzados para el depósito de jales, métodos que se utilizan en los países del primer mundo, los jales se depositan en el interior de las mismas minas.
El pasado sábado que se visitó el lugar donde se ubica la presa de jales de Jolula, el acceso al lugar estaba cerrado, constatando que sólo dos o tres trabajadores rociaban con agua extraída de un camión cisterna una zona de la presa, lo que se hace para evitar que el viento levante el jal, pues como es un polvo muy fino, es fácil que el viento lo levante y caiga este sobre zonas cercanas, como es el barrio de Cata, de lo que anteriormente hubo quejas reiteradas.
En cuanto al control de los llamados ‘lupios’, ese fue un problema muy grave en barrios como Mellado, como en 2014, en ese tiempo el valor del oro y la plata alcanzaron cotizaciones muy importantes, por lo que creció el número de personas que se introducían a las minas a robar mineral, incluso el entonces presidente municipal, Luis Gutiérrez Márquez, llegó a pedir apoyo al titular de la Zona Militar de Irapuato para controlar el problema.
Por lo que se informa actualmente, los ‘lupios’ se estarían controlando sin necesidades del apoyo del Ejército, pues los dueños de las minas habrían encontrado un método más efectivo para solucionar ese problema.
Para elaborar esta nota se platicó con los señores Juan Álvarez y José Luis Hernández, vecinos de la zona de Mellado, además de otras personas que pidieron se omitieran su nombre, incluso con una persona que trabaja para la minera canadiense, la que al saber que la persona con la que se platicaba es reportero no quiso hacer más comentarios de lo está sucediendo, por cierto que el trabajador de la minera canadiense señaló que él pensaba que los trabajos en las minas se reabrirán en unos meses.