Redacción / Ciudad del Cabo, Sudáfrica
El arzobispo anglicano Desmond Tutu, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1984, murió este domingo a los 90 años, anunció el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
“El deceso del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de luto en el adiós de nuestra nación a una generación de sudafricanos excepcionales que nos han legado una Sudáfrica liberada”, declaró Ramaphosa, quien calificó a Tutu como “un patriota sin igual, un líder de principios y pragmatismo que dio sentido a la idea bíblica de que la fe sin obras es muerta”.
“Durante su vida, tan inspiradora como desafiante, Desmond Tutu superó la tuberculosis, la brutalidad de las fuerzas de seguridad del ‘apartheid’ y la intransigencia de los sucesivos regímenes del mismo. Ni los [vehículos blindados] Casspir, ni los gases lacrimógenos, ni los agentes de seguridad pudieron intimidarle o disuadirle de su firme creencia en nuestra liberación”, subrayó el mandatario sudafricano.
Ramaphosa expresó “en nombre de todos los sudafricanos, su profunda tristeza tras la muerte” de esta figura esencial de la historia sudafricana.
El mandatario destacó su extraordinaria inteligencia, su integridad y su fuerza en la lucha contra el apartheid, unas cualidades que combinó con su faceta más tierna y vulnerable, expresada en su compasión hacia quienes sufrieron la opresión.
El “Arch”, diminutivo de arzobispo en inglés, estaba debilitado desde hace varios meses y ya no hablaba en público, pero nunca olvidaba saludar a las cámaras presentes en sus apariciones.
Con su imborrable sonrisa o con una mirada pícara detrás de la mascarilla seguía cautivando las miradas ya fuera cuando acudió a vacunarse contra el Covid-19 o cuando asistió a una ceremonia religiosa para celebrar su cumpleaños.